Walter Pedemonte, tuvo una corta carrera en el básquet de primera. Pero dedicó, casi desde su llegada al deporte, el trabajo de formar jugadores y equipos. El entrenador rosarino, nació el 4 de octubre de 1975 y llegó a Newell’s Old Boys en 1983, a los ocho años. Desde el primer momento que tuvo la naranja en sus manos no se separó del parquet.
«El mejor técnico que tuve, es un hermano de la vida. Es Carlos Gorosito, él cometió el error de darme una pelota (risas). Me inculcó amor por el deporte, además de ser la primer persona que me permitió trabajar con chicos. No me quiero olvidar de Víctor Jachuk, un docente entrenador. Era un adelantado a su época y una persona excepcional», explicó Walter sobre sus inicios del deporte.
Pedemonte pasó por varios clubes en su etapa formativa. Se puso la camiseta de Newell’s Old Boys, Horizonte y GER. Luego, retorno a ‘La Lepra’ y por último arribó a Paganini Alumni de Granadero Baigorria. Los días más alegres en su etapa de jugador fueron en las categorías inferiores, cuando era más importante divertirse con los amigos que cualquier competencia.
«Sin dudas los encuentros de minibásquet son los que más me gustaron. Son las primeras salidas o viajes, sólo viajar con amigos y compañeros a otro lugar», respondió el entrenador al ser consultado por sus mejores recuerdos siendo basquetbolista.
Su debut en la mayor llegó cuando tenia 19 años, Nelson González confió en él y le dio la oportunidad de sumar sus primeros minutos en la primera de Paganini Alumni. Su carrera como jugador fue breve, a los 21 años se alejó de los vestuarios.
Ahí mismo, empezó a trabajar como formador en las infantiles de Saladillo y comenzó a estudiar el profesorado en educación física. Los tiempos se acortaron y tuvo que tomar la decisión de no continuar. «Tenía claro que quería dirigir, por afinidad a lo que estudiaba y la pasión por el juego», comentó.
Su primera oportunidad como entrenador de primera fue en el año 2004 cuando tomó el mando del banco de Newell’s Old Boys. Así, lo explicó Pedemonte: «Fue todo tan vertiginoso, que no llegue a sentir nervios o ansiedad. Newell’s había descendido y no iba a tener más básquet. A una semana del arranque, me convocaron. En una semana hubo que rearmar las inferiores y la primera».
«No se si haría lo mismo hoy, el ímpetu de la juventud me llevo a aceptar el desafío. Ese año en el ascenso había equipos muy fuertes. Por ejemplo, Edison (NdR: quien le ganó a los del Parque en playoffs) había armado gran plantel. Al decidir jugar una semana antes, lo hicimos con los pocos jugadores que quedaban, sin poder hacer incorporaciones. Ese equipo fue totalmente de menor a mayor», agregó.
Después de la primera experiencia en ‘La Lepra’, se hizo cargo del primer equipo de CAOVA en la temporada 2005. En el ‘Funebrero’ ya conocían a Walter, fue el líder de las categorías minibásquet en las temporadas 2002 y 2003. Allí, logró el campeonato de ascenso en el 2007 y al año siguiente junto a sus dirigidos fueron subcampeones de la Primera B rosarina.
Permaneció hasta la temporada 2009, al año siguiente llegó a Ciclón. Fueron años de lucha para toda la familia ‘Roja’. En la temporada 2011, el club descendió a la Primera C. El equipo había apostado fuerte para el campeonato, movieron el mercado de pases y arrancaron de gran manera la lucha por el ascenso. Sin embargo, las lesiones en el quinteto principal les jugaron una mala pasada. Sin demasiado recambio el sueño de subir de categoría, se fue diluyendo.
En el partido final, se enfrentaron a Ben-Hur con la obligación de ganar para mantenerse en la Primera B. Se notó el nerviosismo y la necesidad del resultado lo que llevó a Ciclón a caer derrotado 73 a 52. Sentenciado a disputar la última categoría del básquet de Rosario.
A pesar de esto, Pedemonte y su equipo no dieron el brazo a torcer y antes de despedirse de la institución de calle Saavedra lograron alzarse con el torneo de la Primera C rosarina. Un golpe que no iba a detener la carrera de Walter.
La noche de la vuelta olímpica fue, rara. Ciclón recibió en su estadio a Puerto San Martín y necesitaba ganar para ser el campeón sin depender de los resultados de sus rivales. A falta de cuatro partidos para la finalización del torneo, el ‘Diablo’ estaba en la punta de la tabla. Por eso, con una victoria ante el equipo puertense iban a ser coronados sin importar los partidos de sus perseguidores.
En la casa ‘Roja’, se vivía mucho nerviosismo y tensión lo que terminó influyendo en los jugadores. Puerto salió a buscar el resultado a su favor con una gran noche de Bruno Fontana y Alexis Zárate. Máximos anotadores de la noche ambos con 18 puntos. Una gran tarea defensiva colectiva los ‘Verdes’, logró terminar con el marcador 71 a 62 a su favor.
Al mismo tiempo, a unos cuantos kilómetros, estaban jugando Club Maciel y Ben-Hur. El primero de estos era el gran perseguidor de los de calle Saavedra. Con gran parte del público aún en las cercanías los jugadores y cuerpo técnico de Ciclón estaban atentos al resultado rival. Finalmente, llegó la noticia que fueron los de barrio Abasto los que se hicieron con la victoria y en la casa del ‘Diablo’ se escuchó el «Dale campeón, dale campeón».
Walter se despidió campeón, en la temporada siguiente volvió a ponerse en buzo de Newell’s para disputar la Primera B nuevamente. En ‘La Lepra’ solamente permaneció un año. Los resultados no fueron los esperados y el entrenador decidió dar un paso al costado. En 2015 volvió a su primera pasión como formador, se hizo cargo de las divisiones inferiores de Temperley.
En el ‘Negro’ tuvo el desafío de enfrentar competencias y rivales provinciales, nacionales y locales. Todo reto merece tener una recompensa y para Pedemonte y su equipo llegó en diciembre de la temporada 2015. Fueron campeones del Argentino de Clubes U15 con Marco Giordano como gran figura. El partido histórico fue frente a Unión Eléctrica de Córdoba, los rosarinos terminaron la noche como los mejores del Hexagonal Final con un marcador de 79 a 57.
Giordano cerró su cuenta personal con un triple-doble (NdR: 22 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias). A lo largo de la noche y de la competencia, fue la gran figura que tuvo Pedemonte entre sus filas. Su socio en la cancha era Lucas Estévez, el gran artillero del equipo, que con bombas de media y larga distancia fue clave para el juego de Temperley.
En el club del barrio República de la Sexta, Walter permaneció hasta la temporada 2016. Al año siguiente llegó a San Telmo de Funes. Pedemonte se hizo cargo de la primera, U19 y U17. El proyecto del equipo, era empezar a escalar en las categorías rosarinas. Todo esto, haciendo alto hincapié en crear en las divisiones inferiores una mentalidad competitiva y ganadora.
Cuando llegó Walter, aún no se contaba con un piso de madera. La institución logró brindarles a sus jugadores el nuevo suelo de juego al año siguiente, a inicios de la temporada 2018. El primer objetivo es crear una base solida. Por eso que el entrenador busca mejorar cada día más a los basquetbolistas de las divisiones formativas.
Nuevos vestuarios con más comodidades..San Telmo sigue creciendo pic.twitter.com/pCn6A3h2sG
— Walter Pedemonte (@WalterPedemont2) May 18, 2019
En 2019, la máxima categoría del club logró meterse en los playoffs por el ascenso a Primera A, aunque no pudieron lograr el gran objetivo. Hoy, San Telmo y Pedemonte se enfrentan a un nuevo desafío, que todo lo trabajado no se vea afectado por el último año sin competencia.
Trayectoria como jugador
- Newell’s Old Boys
- Horizonte
- Gimnasia y Esgrima de Rosario
- Paganini Alumni de Granadero Baigorria (1994/1996)
Trayectoria como entrenador
- Newell’s Old Boys (2004/2005) y (2013/2014)
- CAOVA (2005/2009)
- Ciclón (2010/2012)
- Temperley (2015/2016)
- San Telmo de Funes (2017/Actualidad)