Con el año en marcha, los clubes ya se predisponen a poner primera en el torneo doméstico. Para Saladillo será un 2022 de nuevas apuestas, con Gabriel Domínguez cómo ejecutor de ellas, buscará redoblar lo propuesto en 2021 con metas y objetivos renovados.
Con la mente puesta en la Superliga el equipo de Avenida Arijón 159, seguirá con el proyecto de los juveniles. «Entre las categorías U19 y U17 tenemos a seis chicos que pueden estar en el primer equipo. A eso le sumamos cuatro o cinco mayores, que aún son jóvenes, ya que tienen menos de 24 años», señaló en primer lugar su entrenador.
Gabriel realizó un balance de lo que fue el inicio del proyecto en 2021: «Se utilizó el torneo cómo un descubrimiento. Brindé ese espacio para que los chicos lo puedan descubrir. La realidad es que nosotros afrontamos la Superliga con 12 jugadores muy jóvenes que no habían competido a ese nivel».
Además, recalcó: «Yo sabía que iba a ver una gran dificultad. Por ese motivo, mi idea fue jugar un básquet muy simple. Con herramientas sencillas, no me parecía a lo mejor adecuado, agregarles todo el tiempo ideas nuevas. Podía ser contra producente y era suficiente con el choque de categoría. Por eso empleé el año para que ellos descubrieran a lo que se iban a enfrentar y se descubran ellos mismos».
Ahora Saladillo intentará redoblar la apuesta, con nuevos objetivos: «A partir de hoy con esa experiencia vivida, mi idea y mi rol a corto plazo es empezar a guiarlos. Hay que mostrarles el camino para que ellos puedan entender que es lo que cada uno le puede dar al equipo. Estamos hablando de un rol más específico y de empezar a equilibrar las emociones que han experimentado durante estos cinco meses».
«Este es un gran año para empezar a rodar un poco más a los chicos. A marcar los límites de lo que sí y lo que no. De comenzar a tener un funcionamiento un poco más grupal en cuanto a lo basquetbolístico. Por supuesto que dificultades van a seguir habiendo», completó.
Por otro lado, manifestó: «Nuestro objetivo a largo plazo es clarísimo y demanda tiempo. Estamos convencidos de que a pesar de la dificultad, con el paso del tiempo y con los chicos teniendo un mayor rodaje, esto se va a convertir en experiencia pura».
«Cómo siempre digo, no hay mejor experiencia que la dificultad».
También añadió: «No tengo miedo a la frustración, viene ligado de la persona en sí y no de un proyecto. La comisión directiva y yo somos los primeros en apoyar a los chicos. Buscamos hacerles entender que esto tiene que ser una fuente de energía para lograr entender que hay que trabajar y no frustrarse».
A su vez, subrayó: «Este es el camino para trabajar. El plantel es joven con chicos de entre 16 y 18 años, por una cuestión natural estos mismos chicos en dos años tienen que estar en primera, así que no están tan lejos. Consideramos que es un lindo momento para que ellos puedan entender que para competir a este nivel hay que trabajar el triple de lo que trabajamos».
Por otro lado, habló de la idea que buscará implementar: «Queremos transformar toda esa energía de manera positiva. Nos vamos a enfocar en jugar un básquet rápido en defensa. Es la única manera de poder contrarrestar la diferencia de nivel y experiencia. Buscaremos tener alternativas defensivas, jugar un básquet rápido y subir el nivel de posesiones para agotar al rival, esta tiene que ser nuestra línea».
«Con respecto a otras cuestiones tácticas van a depender si agregamos dos hombres grandes o no. La idea es la misma y pienso que es una cuestión generacional. Hoy por hoy está marcado que el equipo que juega bien al básquet en un nivel un poco bajo le cuesta lograr cosas», señaló.
Y finalizó resaltando: «Estamos firmes con la idea porque consideramos que tenemos las herramientas. ‘¿Por qué?’, muy simple tenemos un plantel de un promedio de 20 años así que tenemos que volar la cancha. Para eso no es una cuestión teórica, hay que trabajar y tenemos que prepararnos para hacerlo».