Tomás Martínez nació en nuestra ciudad el 5 de julio de 2001 y desde muy temprana edad, surgió su amor por el básquet. Con seis años de edad se enlistó en las filas de Regatas y desde entonces, no se alejó del parquet y la naranja. Aun así, hoy no se ve portando el traje de jugador a corto plazo.
En el club de la ribera rosarina tuvo su primer roce con la máxima categoría. Fue a la corta edad de 15 años y de la mano de Adrián Bueres. En Regatas se mantuvo hasta la temporada 2018, ya que al año siguiente desembarcó en Los Rosarinos Estudiantil.
En el club de calle Iriondo disputó una temporada y llegado el año 2020, iba a comenzar a jugar en Atlantic Sportsmen, pero la situación del COVID-19 evitó que pudiera jugar oficialmente. Todo esto, término por alejar a Tomás de su faceta de jugador para centrarse en su verdadera pasión, el enseñar y entrenar.
«Siempre me motivó el entrenarme y planificarme los entrenamientos. Sentía una gran admiración por la cultura y mentalidad NBA, por eso tome el desafío de convertirme en un entrenador diferente trayendo a Argentina una metodología que aquí aún es virgen», declaró Martínez.
La metodología que propone Tomás Martínez es casi desconocida a nivel país. Un estilo NBA adaptado a las reglas FIBA. «Esta metodología de entrenamiento, la conocí por investigación propia. Siempre mantuve una motivación por la cultura de entrenamiento NBA», expresó.
La escuela se llama I’m Possible Training y trae los entrenamientos de la liga más popular del mundo en una adaptación a los jugadores de básquet FIBA. En nuestra ciudad se traen todas las posibilidades de desarrollo individual y de equipo de la mano de Martínez.
Tomás, como gran formador, ofrece diferentes formas de que los jugadores rosarinos puedan ser parte de su estilo de entrenar. Brinda jornadas de perfeccionamiento, campus de entrenamientos y ayuda individual en los recesos del torneo.
En estas clínicas de entrenamientos, se lleva a los jugadores de manera individual a situaciones casi anti naturales pero eficientes para despegar el potencial. Incluso, también logrando que el basquetbolista se defina a si mismo y sacándolos de su zona de confort en cada situación de juego.
Ante la consulta sobre si su etapa de jugador está terminada, Tomás dijo: «Me veo definitivamente como entrenador por más que haya tenido ofertas a nivel de Torneo Federal. Creo que es una puerta cerrada. Hoy día nada es seguro, pero lo que estoy realizando para mi carrera es poder ser un entrenador diferente».
Tomás trae una nueva forma de ver y entrenar el básquet, tal vez en un futuro no muy lejano se vea una nueva generación de jugadores en nuestra ciudad que enaltezca la liga rosarina. Los jóvenes entrenadores como el ex Estudiantil tienen nuevas ideas y métodos para llevar a cabo el deporte que tanto aman.