Pablo Favarel, quien se coronó campeón de la Superliga Venezolana de Básquet, dialogó en exclusiva con Línea de Tres y realizó un balance del equipo en la temporada. Además, contó sus sensaciones encontradas tras el increíble campeonato obtenido. Spartans Distrito Capital, se consagró tras vencer en la final por 3 a 1 a Gigantes de Guayana. No es un trofeo solamente, sino que el conjunto capitalino se convirtió en el primer campeón de la competencia.
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«El balance es altamente positivo, en vista de que jugamos 20 partidos y ganamos 18», comentó Favarel. Además, el rosarino, agregó: «Si bien, siempre entre nosotros sabíamos que el objetivo era el campeonato, no hablamos del mismo hasta que clasificamos a la final. Siempre nos propusimos metas cortas y pasos seguros».
El asistente técnico de Fernando Duró en la selección de Venezuela, consiguió consolidarse como DT principal. En su experiencia en solitario, logró alcanzar la gloria. Con su equipo, dominó la liga de punta a punta. Fueron 20 encuentros donde solo perdió dos y ganó los restantes 18.
Analizando al plantel campeón, explicó: «Creo que fuimos campeones porque teníamos un plantel de jerarquía y los jugadores pusieron siempre por encima de todo, al equipo. En definitiva, todas las patas funcionaron hacia la misma dirección, es decir los jugadores, la organización y el cuerpo técnico».
Aunque no parece, es la primera experiencia de Pablo como entrenador principal. Tras una extensa, y fructífera, carrera como asistente técnico. «El que no arriesga no gana», dice la frase de Las Pastillas del Abuelo y muy bien lo entendió Favarel. Primera vez al mando de un equipo y lo saca campeón, con números abrumadores para el inicio de su camino cómo DT.
«Me generó una gran satisfacción. Siempre que se consigue un objetivo importante, a uno le produce tranquilidad y paz interior. Somos conscientes de que siempre se hace un esfuerzo muy grande», confesó el director técnico surgido en Gimnasia y Esgrima de Rosario.
De cara al futuro, también tienen planes en mente. Es el comienzo de una larga carrera, con sólo 36 años logró empezar a trazar un camino. Consiguió consolidar su nombre en Rosario y llevó a la ciudad a lo más alto. «Mí próximo objetivo, es seguir mejorando en mi trabajo como entrenador. Tengo muchísimas cosas que corregir, un montón de cosas que hacer mejor. En el corto plazo, mí meta es trabajar en las falencias que tengo«, contó a Línea de Tres con total humildad.
Pablo Favarel, de Rosario al mundo, pero siempre dejando la vara bien alta. En marzo, comenzará su segunda campaña como entrenador principal, si las condiciones lo permiten. Un claro ejemplo de lucha, perseverancia y atrevimiento. Porque para lograr cosas, hay que atreverse.