Pablo Díaz, preparador físico de ambos planteles de Rosario Central, charló con Línea de Tres sobre cómo vienen trabajando de cara a un nuevo parate. El ‘Canalla’, estaba tercero e invicto en la Zona 2 de la Primera B previo a este nuevo ‘stop’.
«Arranqué en 2021 nuevamente con el plantel. En 2019, a mitad de año, cuando comenzó el fútbol femenino profesional en Rosario Central, me fui a esa disciplina. Este año comencé una nueva temporada junto a ambos planteles de básquet», explicó.
Además, comentó de qué manera inició la pretemporada: «Por suerte fue desde la presencialidad, podíamos entrenar en los parques. Nos juntábamos allí y nos sirvió para apuntar a aquellas capacidades motrices que por ahí la virtualidad y las propias dificultades de los jugadores hizo que pierdan rendimiento».
Y agregó: «Nos dejó trabajar bien sobre ese punto, más individual. Buscando una planificación que apunte a desarrollar las capacidades específicas del deporte para generar hábitos y patrones de vida. Nos parecía vital para el grupo que tenemos».
«En un principio tenía pensado que podíamos cambiar. Me toca también formar parte de las divisiones juveniles de fútbol AFA. Veía que había un progreso en cuanto a permisos y lo trasladaba al básquet con esperanza. El club, desde los protocolos, venía haciendo las cosas muy bien. Uno entiende la situación sanitaria que se está viviendo, pero el deporte estaba haciendo las cosas muy bien», confesó.
Por otra parte, rememoró las primeras fechas del ‘Canalla’ en la Primera B: «Al torneo lo comenzamos bien. Nos costaba meternos en partido, pero era más que nada por una desconfianza que tenía el equipo. En los últimos partidos, se había notado un cambio muy grande. Nos habíamos hecho responsables de lo que podíamos dar».
Y continuó: «Con respecto a la parte física, creo que nos alcanzaba el rendimiento al finalizar el partido. Mi objetivo era que los minutos que pasen dentro de la cancha puedan rendir y se olviden que tienen que correr. Cuando uno lo piensan, está en problemas».
«Trabajar con ambos planteles es difícil, sobre todo por las disponibilidades de espacio. Por ahí se hace un acompañamiento virtual o al técnico en los planteles. Las evaluaciones son para todos iguales y las planificaciones parten desde ahí», resaltó el PF de los planteles A y B de Central.
«Lo bueno es que hay una aceptación de todos los jugadores para el entrenamiento».
También, destacó el trabajo que realiza actualmente: «Estamos trabajando desde la autonomía de entrenamiento. No creo en los trabajos virtuales. Por el tema de la conectividad y estar al frente de la pantalla, quiero que lo eviten. Si nos juntamos virtualmente es para charlar desde un lado más humano».
«Es una planificación con comunicación permanente. Para ver como lo van manejando todos. A partir de ahí, es un trabajo individualizado y autónomo. Depende en la madurez deportiva de todos, los jugadores son todos 10 puntos. Entienden que lo necesitan para después», detalló Díaz.
Y contó cómo afecta este nuevo ‘stop’ a la naranja: «Ataca mucho a lo psicológico y también dependiendo las individualidades. Creo que los más grandes son quienes lo más sufren, ellos necesitan la continuidad. Además, sufren el stress laboral y de la pesadez de llevar el día a día. Ese es el gran dilema del parate».
Por último, reveló: «Volver a arrancar va a ser un gran problema. Hasta que no ganemos aquellas actitudes físicas, tendremos que trabajar de manera individual y no podremos aumentar las cargas. Cada jugador tendrá características muy diferentes, sobre todo las amplitudes del movimiento; la tonicidad; los estados de equilibrio entre las articulaciones y estabilidades dinámicas de la cadera, es lo que más me preocupa».
«Por suerte tenemos la experiencia del año pasado, esperemos que no sea tan larga. No creo que haya problemas en quienes hayan hecho la rutina», finalizó el PF del ‘Auriazul’, que se prepara para seguir escalando posiciones en la Zona 2 de la Primera B y lograr el tan ansiado ascenso.