El Club Atlético Belgrano está ubicado en la intersección de Rueda e Italia. La institución que limita con la zona sur de la ciudad, es un participante recurrente en la Asociación Rosarina de Básquet (ARBB). Desde hace ya años, sobrevive a los duros golpes de la época.
Hasta la pasada campaña de 2019, supo tener representantes mayores en el ascenso local. Disputó tanto la Primera B, como la Reserva B, donde con éste último logró el ascenso a la A. Además. compitió en todas las categorías de inferiores.

Línea de Tres, dialogó con dos representantes con la finalidad de conocer la actualidad del ‘Prócer’ rosarino. Entre Oscar Díaz, coordinador de básquet y uno de sus hijos, Santiago, dieron un pantallazo general de la situación que viven.
«Si bien la situación económica de todas las familias es complicada, mantenemos la cuota social lo más accesible posible. Para mantener a los chicos en el club», relató Oscar. A lo que continuó: «Tratamos de mantener una actividad interna para tenerlos ocupados, alejados de las calles y tratando de crear lazos de amistad».
Luego, quien se encarga de la enseñanza de los mini, dijo: «Siempre vamos a intentar movernos desde lo social y que desde temprano aprendan del deporte, Belgrano es un club de mucha contención». En sus instalaciones, saben concurrir una gran cantidad de jóvenes, provenientes de diversos barrios la zona y alrededores. La realidad impidió que llegara el piso de madera, no obstante la familia Díaz se mantiene optimista.

Seguidamente, focalizando siempre en el sostén que supone la institución, aseveró: «De los siete días de la semana, los chicos están cuatro acá. Entre básquet y gimnasio intentamos darles lo que daría cualquier club, con nuestras propias herramientas».
Pese a las limitaciones, como cualquier otro club de barrio, supo adquirir materiales y crecer internamente. «Desde elementos de entrenamiento, hasta camisetas fuimos teniendo. Parecen pequeñas cosas, pero en estos años es un montón. Sobre todo ahora», expresó.
«No queda otra que seguir dándole para adelante y aguantar lo más que se pueda».

Por otro lado, Santiago Díaz, se encarga de la preparación física de los planteles. Por ello, se le consultó por su panorama tras la vuelta a la actividad este 2021. Primeramente, Santiago, explicó: «Era claro que entre una mala alimentación y la falta de movimiento, los chicos iban a volver mal. Por eso nos centramos en mejorar la fuerza y la resistencia».
«Después de la pandemia, se notó mucho la falta de una rutina diaria».
Finalmente, los Díaz se mostraron optimista, gracias a la actitud de sus alumnos: «Los chicos están muy comprometidos con el club. Junto con un buen entrenamiento y nutrición, consideramos que estarán en condiciones para la competencia».