Amateurismo, sinónimo de pasión y cariño al club, eso se evidenció en la final del Cuadrangular de la Reserva A. En el estadio de El Tala, con un clima de final, Náutico sacó su mejor juego en los últimos minutos y se impuso 72 a 60 frente a un duro rival cómo lo fue Servando Bayo.
El camino al ascenso tuvo su inicio en un lejano 6 de marzo, el cual sufrió varias detenciones y reanudaciones. Su entrenador Andrés Arcari y uno de sus emblemas, Juan Ignacio Arcari dialogaron con Línea de Tres y repasaron la construcción del camino.
En primera instancia Andrés, recorrió lo que fue el año: «Desde el principio lo que les pedí a los muchachos fue compromiso. Que cumplieran con los entrenamientos. Ellos son todas personas que tienen sus familias y obligaciones, por eso fue el pedido de entrenar para consolidar el grupo».
«Fue un año largo con los parates, y contra eso, lo bueno es que el grupo no se desvió del objetivo. El camino fue extenso y lo importante es que se comprometieron entre ellos para estar y entrenar», agregó el entrenador del campeón.
Juan Ignacio, dijo: «El equipo se armó con una base de siete jugadores que ya veníamos trabajando en proyectos anteriores. En la gran mayoría somos jugadores surgidos del club, es algo que Náutico nos pide. De entrada empezamos a notar que podríamos conseguir el objetivo del campeonato y del ascenso».
«En la segunda parte, con el mercado de pase abierto llegó Marcos Galetto. La pieza fundamental que le faltaba al equipo. Vino bárbaro al plantel y ya nos conocíamos de haber jugado en primera, se integró muy rápido. Una vez consolidado el grupo, asumimos el papel de candidatos y no le esquivamos a la responsabilidad», señaló.
En cuanto al comienzo del Cuadrangular, el entrenador señaló: «Llegamos con muchas ganas. El haber arrancado con El Tala que estaba invicto en su estadio, nos obligó a entrenar más duro. Posterior al partido que hicieron los chicos, nos dimos cuenta de que estábamos para conseguir algo. Realizamos un partido perfecto. A partir de ahí, los chicos se animaron y se llenaron de ilusión para lograr el objetivo».
«Con Gimnasia fue un partido diferente, donde tuvimos otro tipo de ventajas y un mejor juego interno. En cuanto a Servando Bayo, nos habíamos enfrentado dos veces en la fase regular y caímos las dos. Así que lo trabajamos basándonos en esos dos partidos, para tratar de comprimir sus puntos fuertes», complementó.
El capitán y referente, contempló: «Fuimos de menor a mayor durante el año, pero cuando logramos la clasificación estábamos muy confiados de que podíamos conseguir el objetivo. Frente a El Tala donde ganamos por 10 puntos durante todo el partido y la victoria por la Copa, nos dio la pauta de que el equipo estaba para más».
«Cada vez que conseguí un título, siempre pensé que con el equipo que teníamos podíamos competir en otro nivel. Me pasó con Temperley cuando conseguimos el ascenso y me pasó cuando salimos campeón con Central. Siempre ves al equipo y pensás que en una categoría superior podríamos competir. Es ahí donde te das cuenta de que el equipo es cosa seria», remarcó.
Además, Andrés definió a sus dirigidos: «En el grupo son todos muchachos que aman al club igual que yo. Tienen un sentido de pertenencia increíble y los que se sumaron entendieron el mensaje. Eso hizo de un grupo de muchachos un equipo. Son locos por esta pasión. Lo que hoy cosechamos es el resultado de lo que hicieron los chicos a lo largo del año. Seguiremos trabajando para hacer un buen papel en Primera B».
«El grupo es competitivo y no nos va a dar lo mismo ascender que jugar por jugar. Asumimos el compromiso y queremos más», expresó Juan Ignacio.
El propio jugador cerró hablando de 2022: «Después de haber conseguido el objetivo, hablamos con los chicos de dar un poco más de compromiso. Si en Reserva entrenábamos tres veces por semana de 10 a 12 de la noche, ahora será cuestión de sumar un estímulo más. Subimos un nivel y con ello el compromiso y la responsabilidad».