Hace meses, Talleres RPB anunciaba en sus redes sociales el retorno de Mariano Junco a su casa. El entrenador se hacía cargo del primer equipo de ‘La T’ en el sueño del ascenso. Tras su salida de Gimnasia y Esgrima, volvía al club de sus inicios luego de 13 años.
Quien era vigente técnico campeón de la Superliga, tenía en mente el objetivo de subir conjunto ‘Auriazul’ a la Primera A (NdR: la idea de una Superliga extendida recién comenzaba a tomar fuerza). Categoría que venía de perder en la temporada pasada. Línea de Tres tuvo la oportunidad en aquellos primeros días de charlar en exclusiva con él acerca de su vuelta.
Sobre la propuesta recibida, declaró: «Sabía que el club se había quedado sin entrenador por la partida de Hernán Corte y me imaginé que podía darse la propuesta. Tenía pensado no dirigir, incluso había hablado con algunos clubes de Rosario y fuera de la ciudad».
«A todos les dije que iba a hacer una pausa después de tantos años. Lo que no imaginaba es que justo iba a llegar el llamado del club donde me inicié y fue más que mí segunda casa durante mi infancia y adolescencia», agregó el DT que era buscado de varios clubes.
«Talleres nos necesita a todos los que lo queremos y no podía decir que no».
A ello, le sumó: «Volver es un desafío. El club regresó a la categoría en la que jugará este año por primera vez desde 1996, cuando yo era un nene de pre mini. Talleres tiene una historia y una identidad que buscaremos reflotar».
«El club y el barrio tienen un sentido de pertenencia muy fuerte para los que nos criamos ahí».
Además, expresaba: «Buscaremos aportar. Queremos que este deporte vuelva a posicionarse como un lugar de formación de jugadores y sobre todo una plaza confiable para hacer básquet serio y con compromiso profesional. Siendo en el nivel que sea que nos toque competir».
En el cierre, el experimentado técnico dijo: «Mi principal anhelo es abrir las puertas de la cancha. Que todos los que alguna vez fuimos parte y tenemos cariño volvamos a identificarnos con el equipo. Mis primeras acciones tienen que ver con repatriar a los chicos que se han ido y armar una estructura en la que todos hablemos el mismo idioma. Cada uno con sus matices, pero persiguiendo una misma idea entre cuerpo técnico, jugadores, dirigentes y colaboradores».
Y finalizó: «Mi único objetivo es devolverle al club el sentido de pertenencia con el que nos formamos varias generaciones. No puedo tener un objetivo deportivo en mente antes de tener un plan de acciones en conjunto para que entre todos podamos sentirnos protagonistas del presente de Talleres. Ojalá nos vaya bien en primera y en todas las categorías. Pero la realidad es que vamos a trabajar mucho más en las formas que en los resultados».
De esta manera, y con mucho trabajo de por medio, el sueño y anhelo de Mariano se cumplió. Aquel niño de 13 años, que vio caer a su equipo a la tercera división pudo devolver al club de toda su vida a la máxima categoría. En 2024, Talleres gritará Superliga.