Lucas Campa inició su recorrido en el mundo del básquet a los cuatro años. El club que lo resguardó fue Libertad. En 1994 dio comienzo a su formación en la escuelita de Palo Maya, una eminencia dentro y fuera de la institución. Allí se formó como persona y jugador, donde realizó todas las instancias hasta llegar a juveniles y luego dar el salto a primera.
Sobre su llegada al básquet, Lucas comentó: «Los amigos de mi viejo llevaron a sus hijos al club y se lo recomendaron«. Además agregó: «Los que me inculcaron este deporte fueron mis viejos y mi hermano que me lleva seis años. Una vez que comencé y empecé a formar mi grupo de amigos no me quería ir y otro que cumplió un rol fundamental fue Palo Maya«.
«Tengo muchos recuerdos, todos alegres. El club y el básquet siempre fueron mi cable a tierra. Los amigos, los entrenamientos, la gaseosa después de las prácticas, los partidos de los sábados, mis viejos atendiendo el kiosco y los viajes de intercambio por los encuentros del minibásquet», recordó con añoranza.
El 2007 será uno de los años que quedará marcado en su vida. En esa temporada, Lucas saltó al platel de primera donde comenzó a entrenar. «Tenía 17 años, el técnico en ese momento era Santinelli, formé parte de un equipo de grandísimos jugadores. Uno estando en inferiores siempre sueña con que llegue el día de ser parte del primer equipo. En ese torneo fuimos alternando con otros juveniles», rememoró.
Libertad logró el ascenso a la Primera A en el 2007. Superaron por el segundo ascenso a Unión y Progreso. La serie culminó 3 a 1. «Recuerdo que fue durísimo. Pero había un gran equipo, de mucha experiencia. El partido de Miguel Cardoso en América por el ascenso fue inolvidable. La rompió toda», comentó. El salto a la cancha con el plantel de primera lo realizó en el 2008. De su debut, recordó: «Estaba muy nervioso, creo que hice 5 puntos, entré al final del partido«.
Ese mismo año, Campa finalizó los estudios secundarios y comenzó la carrera de contador público en la UNR. Estudió, trabajó y entrenó, esforzándose el triple. Le consultamos cómo fue el desarrollar las tres actividades y dijo: «Al principio y durante gran parte de la carrera costó, pero valió la pena. Trabajar, estudiar y entrenar a veces era muy agotador. Pero siempre fui constante. Traté siempre que pude hacer las 3 cosas. En el 2019 me recibí». Y agregó: «El 2020 iba a ser raro, ya que le iba a dedicar mucho más tiempo al básquet de lo que anteriormente no le pude dedicar. Pero la pandemia lamentablemente no me dejó».
En 2011 dejó Libertad y pasó a Atlantic Sportsmen. Sobre su salida, contó: «Fue raro, en cierto punto no me quería ir del club. Pero sentí que no fui valorado y decidí ir a préstamo a Atlantic, que lo dirigía Leandro Tesido, quien me había entrenado anteriormente». De su estadía por el club de Lavalle 936, manifestó: «Teníamos un buen equipo. Se entrenaba mucho, pero nunca logramos plasmar nuestra idea de juego a lo largo del año y perdimos en playoff».
Su recorrido dentro del básquet continuó en Libertad. En 2013, formó parte del plantel que se consagró en el Top 4 y que además consiguió el subcampeonato de la Rosarina. Los dirigidos por Federico Sauro, se impusieron a Sportsmen por 80 a 76 en la final, luego de haber vencido en semifinales a El Tala.
De esa gran final, rememoró: «Fue el mejor equipo que me tocó integrar. Había una gran química entre todos y se logró plasmar dentro de la cancha. Teníamos dos o tres jugadores por puesto. Entrenábamos mucho y la competencia interna era terrible. Ya en el 2012 habíamos hecho un gran torneo y en el 2013, jugábamos casi de memoria. Fue la consagración de un grupo que realmente se lo merecía, con la conducción de Sauro«.
El plantel del 2013 casi que lo recitó de memoria: «De Frutos, Stettler, Labatte, Venturi, Blanco, Lussenhoff, Puricelli, D’Angelo, Cardoso, Olivero, Najnudel y L’Abbate«.
En el mismo año, fue citado a la Selección de la UNR. Allí vistió dicha camiseta desde el 2013 al 2018. En su estadía en el equipo facultativo, cosecharon tres títulos. «En la UNR jugué varios Interfacultades, representando a Ciencias Económicas, logrando tres títulos en Rosario y en dos oportunidades formé parte de la selección de todas las UNR, participando en Córdoba. Ambas veces dirigidas por Pablo Albanese. Me quedaron muchos recuerdos, amigos, anécdotas. Fue una etapa muy linda», señaló.
Cuando llegó el 2015, Lucas decidió ponerle un freno a su carrera deportiva para enfocarse en el estudio. No dejó de asistir al club, tampoco de entrenar. Ese año bajó a la reserva donde fue dirigido por su hermano, Rodrigo. «Una experiencia hermosa. Al principio fue incómodo, pero dentro de la cancha siempre dividíamos bien nuestra relación familiar. Ese año jugué con grandes amigos que me dio el básquet. Se nos escapó la semifinal con El Tala«, expresó.
Luego de su año de transición, volvió al primer equipo. Al principio del 2018 volvió a Atlantic, donde realizó su segunda etapa. En el club permaneció hasta mediados de ese año, cuando volvió a Libertad. En esa misma temporada, la institución de calle Felipe Moré 1150 consiguió el ascenso a la Primera A2. Luego de perder la categoría en 2015.
De ese logró, Lucas señaló: «Fue en el segundo semestre, yo me reintegré al final de la Fase Regular. Tenía que terminar unas materias y me incorporé a fines de octubre. El equipo jugaba muy bien. Ganamos el cuadrangular de manera invicta, superando a Garibaldi, Timbúes y Saladillo«.
«Libertad es mi segunda casa. Muchas horas de mi vida las pasé ahí. Realmente el club me formó. De cierto modo, lo que soy hoy, es gran parte, gracias al club», cerró.
Trayectoria
- Libertad (1994/2011); (2013/2017) y (2018/Actualidad)
- Atlantic (2011/2012) y (2018)
- Selección UNR (2013/2018)