Lisandro Ríos nació un 26 de agosto de 1993. Hoy, a sus 27 años, el básquet lo encuentra en un presente particular, jugando en el club que lo vio nacer y con la experiencia suficiente para ser un referente. Con un viejo conocido, Fernando Walker, este año buscará lograr ascender a Fisherton.
Ya desde muy chiquito le gustaban los deportes. Recuerda que siempre pedía de regalo pelotas de fútbol, raquetas de tenis y cualquier elemento deportivo que le sirviera para divertirse. Pero recuerda, puntualmente, un verano que le cambió todo lo que vendría por delante.
«Cuando tenía ocho años nuestros papás hicieron un esfuerzo grande y nos pagaron la temporada de verano a mí y a mi hermano en el CAF. Ahí empecé a tomar contacto con el básquet. Justo un profe –Marcelo Caramuta– me vio tirando al aro y me preguntó si quería probarme en un entrenamiento, y le dije que sí. Me acuerdo que a mi primer práctica fui en sandalias, ja. Y desde ese momento que arranqué, no paré más».
‘Licha’ transitó todas sus inferiores en el ‘Blaugrana’, logrando varios títulos y ascensos con sus compañeros de equipo. Allí también pudo formar parte del plantel de primera división que jugó el Federativo, más allá de su corta edad.
Su último año en juveniles le llegó con una operación en el corazón y, si bien estuvo unos meses parado, eso no le impidió poder despedirse de las formativas con un título bajo el brazo. Después de un campañón, ‘Fisher’ le ganó una final a El Tala con 21 puntos de Ríos y levantó así el título de U19, en 2012.
Luego de su consagratoria carrera en la cantera del CAF, Lisandro decidió cambiar de aire y se fue a jugar a Atlético San Genaro. Allí estuvo dos temporadas completas y logró convertirse en el máximo goleador de la Liga Cañadense. No fueron sólo éxitos individuales, también logró ascender al club a la Primera A del torneo. Después de esos años fuera de Rosario, compitiendo a un muy alto nivel, decidió volver a la ciudad.
Fue entonces en 2015 cuando arribó a Náutico. En la entidad de la ribera logró otro ascenso para sus vitrinas personales. Esta vez, fue a la Superliga Rosarina, con un Ríos muy activo y jugando la gran mayoría de los partidos de titular. Sin embargo, por distintos motivos, decidió cambiar de club al año siguiente.
En 2016 migró hacia Saladillo, donde se reencontró con uno de sus técnicos de inferiores, Fernando Walker. Allí, en la entidad de zona sur también logró dejar su huella, donde él mismo recuerda que «se armó un grupo hermoso«.
En su primer año, logró ascender de la B a la A y al año siguiente, hicieron lo necesario para mantener la categoría. Después, llegó la reestructuración en cuanto a las divisiones que propuso la Asociación Rosarina de Básquetbol, pero poco le importó al ‘Sala’, ya que lograron de nuevo dos ascensos consecutivos. Así, Lisandro se fue del conjunto ‘Aurinegro’ con la cabeza en alto y dejando a sus compañeros a fines de 2019 en Superliga.
En 2020 llegó de nuevo a Fisherton. En ese entonces, Federico Alí dirigía la primera. Sin embargo, Ríos no pudo disputar ningún partido oficial en su vuelta al club de zona oeste. La pandemia cambió cualquier planificación pensada y su nuevo estreno con la del CAF debió esperar un año calendario.
Hoy, Lisandro es referente del equipo que comanda Fernando Walker, pero además, es profesor de Educación Física y entrenador de básquet. Por lo que es evidente que tiene (y tendrá) toda una vida ligada al deporte. ¿Podrá conseguir el ascenso con el club que lo vio nacer?
Trayectoria
- Fisherton (2001/2013) y (2020/Actualidad)
- Atlético San Genaro (2013/2015)
- Náutico Sportivo Avellaneda (2015)
- Saladillo (2016/2019)