Otra vez, se escucha que el deporte es el reflejo de «lo que somos como sociedad». Sin embargo, aquel es un discurso armado de ensañamiento y vacío de poder de cambio. Lo ideal no nos mueve, esto es Argentina y la pasión se vive en cada rincón.
Aunque acá, se llegó a un límite. Leyendo las primeras líneas, el lector pensará que se habla de la vehemencia en el fútbol argentino, vieja conocida de tablones y tribunas. Pero no es así, nuestro básquet local reclama una pasión que muchas veces se confunde con violencia.
⚫️🔴 ¡Se juega el clásico entre Newell's y Rosario Central U23! 🔵🟡
😪 Lamentablemente, no hay público para el partido… pic.twitter.com/6sOCCPoMVu
— Línea de Tres (@lineadetresweb) August 13, 2022
En estos últimos años, la escalada de incidentes graves se elevó de manera incalculable. Cómo si en el básquet, nuestro básquet, el de la garra uno tendría que ser un Bad Boy de los Pistons en la década de los 80′ tendría más valor.
Promulguemos el espectáculo, por sobre estas barbaridades las cuales hay que eliminar de nuestro deporte.
Todxs a aportar nuestro granito de arena para que no vuelva a ocurrir. #NoALaViolencia https://t.co/xliku7KmoV
— Línea de Tres (@lineadetresweb) June 3, 2022
Es que al básquet se juega con la pelota en el piso y con la mente en el aro. El foco está desviado y cada vez se corre más el eje del asunto. Y la pregunta es, ¿hasta cuándo se jugarán clásicos sin públicos o hasta cuándo se seguirán fomentando a los violentos?
🔴Partido suspendido !!! pic.twitter.com/mxmczGHHkz
— Línea de Tres (@lineadetresweb) October 24, 2022
Hay que frenar de alguna manera, dejar los intereses personales y de una vez por todas, juntos, reclamar la solución. La pasión es hermosa, pero si se confunde con violencia lastima a la pelota y la sufren los ajenos.
No es el legado que queremos sembrar en el básquet rosarino. El mismo, es el aro, la pelota y quienes vienen abajo. Cuidemos esto que tanto costó construir poniendo todos un grano de arena para erradicar a la violencia que no es propia de nuestro deporte.
