Comenzó su camino en el básquet desde República de la Sexta y forjó sus primeras armas como entrenador. Ya con la pasión por el deporte macerada y tras historias de película en Zona Sur, dejó marcas imborrables en los clubes que dirigió. Al final, a sus 38 años, continuó demostrando su valía manteniendo a Unión y Progreso en los podios rosarinos de las últimas campañas de Superliga.
En 1987 y con cuatro años de edad, Néstor conoció la naranja, gracias a Lionel Ceñera. Desde el epicentro basquetbolístico de Rosario, Temperley se convirtió en su primer amor y su segunda casa. Para el ‘Negro’ de la Sexta realizó todas sus formativas, llegando a integrar el equipo de primera división que ascendió a la A local en 2001.
Anteriormente, en 1999 y aún siendo Cadete, debutó en primera división. Fue en cancha de Sportivo América y de la mano de Leonardo Hiriart, recordó: «Si bien siempre estuve en los planteles de primera, no tenía muchos minutos. Teniendo bases de mucha experiencia delante de mí, era entendible».
Concluido su segundo año de primera, Gnass dejó el rol de jugador para convertirse en entrenador formador. A lo largo de once años consecutivos, condujo las categorías intermedias de Temperley. A la vez qué, conformó los diferentes cuerpos técnicos de la máxima división. Llegó a ser reconocido como el DT más joven en comandar la categoría habiendo alcanzado el cargo de interino, con tan sólo 21 años.
«Temperley es un club muy pasional y particular. Al ser hincha, siempre traté de darle lo mejor y me autoexigía mucho más buscando los mejores resultados», contó respecto a cómo empezó a vivir la profesión. Y recalcó: «En esos once años me hice como entrenador. Mi crianza fue toda ahí».
Desde el 2008, habiendo consumado otro ascenso a la máxima categoría local, el joven asistente quedó en los libros del ‘Negro’. Consiguió aquel hito tanto como jugador y ayudante técnico. Lamentablemente, años después, diferencias dirigenciales le jugaron una mala pasada y dejó el club en malos términos.
«Después de que le ofrecieran mis categorías a otro entrenador, sin antes hablar conmigo, tuve mucha bronca. Sentí que no me cuidaron, pero Temperley en ese sentido no tiene nada que ver. Fueron los dirigentes que pasaron en ese momento», declaró al concluir su ciclo en su primer club en 2011.
Por aquel 2012, CAOVA había emprendido un buen proyecto. A raíz de esto y por recomendación de Hiriart, la institución golpeó la puerta de Gnass. «Después de todo lo que me había pasado, no tenía mas ganas de dirigir. Pero Raúl Baccalá, junto al presidente Miguel Dolce, me contaron cómo era el proyecto para ascender y al final me convencieron», aclaró.
«Raúl es uno de los técnicos que más enseñanzas me dejó. Tanto en lo táctico, técnico y estratégico. En ese sentido, es una persona muy grosa».
Tras una decepcionante campaña de Primera B sin concretar el ascenso a la máxima división, terminó el ciclo de Baccalá al frente del ‘Azul y Negro’. Igualmente, la posta recayó en el asistente y comenzó a tomar forma la posterior época dorada del ‘Funebrero’.
Mantuvo una identidad y gracias a ello, una temporada después de asumir el cargo, la institución retornó a la máxima división luego de 25 años. La solidez defensiva y el juego en conjunto, permitieron afrontar situaciones adversas y por fin celebrar. Igualmente, pese a la reciente alegría, en el 2014 no se conformó.
«Desde el primer momento propuse traer jugadores de nivel para competir de verdad y no jugarnos la permanencia», resaltó Néstor Gnass.
Con el factor humano, como punto a favor, formuló un tridente letal. Incorporó a Pablo Maggi y Germán Muñoz, ambos compitiendo en el Torneo Federal, sumando además, a Gaby Domínguez. Luego del salto de calidad y la posterior obtención del Super 4, entendió que «podían pelearle el torneo a cualquiera».
En la segunda mitad del año, finalizó cuarto en la fase regular y en semifinales, derrotaron a Sportsmen Unidos 2/0. La final se definió frente a Echesortu. Curiosamente, hasta ese momento, tanto la mayoría del plantel como el propio entrenador, nunca lograron gritar campeón en la Primera de Rosario.
Con la adversidad de un 0/2 en contra y a un encuentro de la amargura, Néstor, optó por cambiar la cabeza del equipo: «A un partido de quedar afuera, no tuve mejor idea que organizar un partido de futbol para cambiar los aires, pero se vé que funcionó (risas)». Con aquella descompresión anímica, se empató una serie casi definida en cancha de Sportivo América.
Al final, el 17 de diciembre, en el Cruce Alberdi y junto a sus dirigidos, quedó en la historia de Olegario. Aquella serie concluyó 3/2 y respecto a eso, dijo: «Para un club de barrio, salir campeón fue algo único. Ganamos tres partidos seguidos y no lo podíamos creer», confesó. De igual forma, como después de ascender, buscó más.
Durante el 2015, tomó buenas elecciones y eligió correctamente el camino a seguir. Como resultado, el bicampeonato de CAOVA no fue casualidad. Estructuró un plantel elogiable, respetando uno ya campeón e incorporó finalmente recursos tácticos. El resto fue historia pura.
«Jugamos a un nivel impresionante. Salir bicampeones fue algo hermoso y que nadie se lo imaginaba», rememoró. Tras un año de sube y baja en lo colectivo, arrasó con un 3/0 final a favor frente a Echesortu. Gnass y sus jugadores, se dieron el lujo de ser el único equipo de zona sur galardonado en la ciudad.
Al final, para el DT no resultó solamente en una historia más junto a CAOVA, sino que también fue su boleto para dirigir a la Asociación Rosarina ese mismo año. Sobre esto, expresó: «Hicimos un gran torneo. Armamos un grupo humano esplendido y proporcional a la calidad de juego. No se nos dio, pero fue una gran experiencia».
Para el 2017, alcanzó dos finales consecutivas más, aunque sin el resultado esperado. Culminó un ciclo glorioso y se fue por la puerta de en frente. En homenaje, la institución de zona sur colgó una placa con su nombre en el banco de suplentes local que a día de hoy, sigue recordando con cariño.
Más tarde, desde la segunda mitad del 2018, militó en Unión y Progreso guiando a las formativas. Renovó, al frente del primer equipo y volvió a llegar a los últimos cuadrangulares de Superliga. Lamentablemente, las lesiones le jugaron una mala pasada y no pudo hacerle frente a una dinastía que empezó a gestarse en la Sexta.
A base de buenos resultados y calidad humana, es recordado con cariño en todo los clubes que visitó, pese a la rivalidad. Actualmente, a sus 38 años, Néstor Gnass sigue siendo la expresión de la competitividad y el mismo ser humano que hace 17 años atrás, cuando inició su recorrido en Ayacucho al 2100.
Trayectoria como jugador
- Temperley (1987/2001)
Trayectoria como entrenador
- Temperley (2001/2011)
- CAOVA (2012/18)
- Unión y Progreso (2018/Actualidad)