El impacto de León Najnudel, padre de la Liga Nacional, en Rosario es cosa de orgullo. Del mismo modo, en Tucumán 2362 fue trascendental. Hace 44 años, tras una gestión dirigencial de ‘Pocha’ Rodríguez, el entrenador que condujo paralelamente a Ferrocarril Oeste, arribó a la ciudad para hacer historia.
Un visionario, un «loco» lleno de proyectos federales para hacer crecer al básquet nacional, describen la figura que quien plantó una semilla en el ‘Verde’ rosarino. Mientras León gestaba la unificación basquetbolística del país, continuó ejerciendo como DT, su pasión.
Previamente, siempre fue un ferviente luchador para pelear por la jerarquización de su profesión. Así integró la primera Comisión Directiva de ATEBA, Asociación de Técnicos en Básquetbol Argentino, fundada el 22 de abril de 1973. Llegó a la ciudad con un peso descomunal en el ambiente.
Más tarde, en la campaña del 77′ Sportivo América se consagró por segunda vez en el máximo escalón local. De todas formas, las intenciones de su ‘Coach‘ eran más profundas. Invitó a su actual institución, reacia al crecimiento, a ser parte de un hecho histórico en la famosa reunión explicativa del proyecto.
Tuvieron que pasar varias décadas para que Rosario tenga nuevamente un representante en los máximos escalones. De todas formas, la realidad es absoluta y la semilla que supo plantar el padre de La Liga, hoy germinó.