Federico Poratti nació el 2 de febrero de 1987 en la localidad de Sastre, a poco más de 180 kilómetros de Rosario. «De chico, en el Club Atlético Sastre, empecé a jugar porque me llevó mi viejo. Muchos compañeros de la escuela y del pueblo practicaban básquet», explicó primeramente.
Y agregó: «Además de básquet, practiqué natación y fútbol. Pero era muy pata dura, entonces me mandaron al arco. Yo usaba lentes aéreos y en un partido, el árbitro me los hizo sacar. Me comí un par de goles, pero ganamos igual. Al poco tiempo, me retiré (risas)».
Sin embargo, con la natación, el dilema era otro. «En natación andaba muy bien. Pero en invierno tenía que ir a nadar en San Jorge y a los 16 años dejé. Desde ahí seguí sólo con el básquet», confesó. Prefirió la naranja y es el deporte que continúa practicando a sus 34 años.
«Tengo los mejores recuerdos, la verdad es que es un club increíble. La infraestructura, profesores, compañeros y padres de las comisiones hicieron que podamos competir en innumerables torneos por todo el país», dijo sobre Atlético Sastre, su segunda casa.


En referencia a su debut en primera, contó: «Era primer año de cadetes, tenía unos 14 años y fue en cancha de Sastre contra Americano de Carlos Pellegrini. El DT me puso los últimos minutos del partido cuando ya estaba definido. Hice un doble y después del partido nos pelaron antes de cenar. Luego tomamos unas buenas cervezas, como después de todos los partidos».
«Siempre que pude volver a defender la camiseta lo hice y lo volvería a hacer».
Desde sus comienzos en 1992, fue campeón del la Asociación Oeste en siete oportunidades. Tres títulos en cadetes, dos en juveniles y la misma cantidad en primera. Aunque todos fueron disfrutados porque eran «un grupo de amigos muy unidos». Sin embargo, eligió su favorito.
«El que más me marcó fue uno de cadetes, que se hacía junto con clubes de San Francisco y la zona. Era muy competitivo y llegamos a la final contra El Tala de San Francisco que tenía jugadores reclutados. Habían llevado todo para festejar el campeonato, pero se lo ganamos nosotros. Los superamos en actitud», declaró.
Posteriormente, llegó el llamado al profesionalismo por parte de Libertad de Sunchales. «En segundo año de cadetes, andaba muy bien. Tuve buenos torneos en la zona y el torneo provincial. Me habían llamado de otros clubes de Liga y finalmente opté por Libertad. Cuando estuve ahí, me di cuenta de que no quería ser un jugador de básquet profesional. Prioricé otras cosas como el estudio», reveló.
Luego de cerrarle la puerta al básquet profesional, llegó a Rosario para estudiar y conoció un nuevo mundo dentro del enorme básquet local. En la Sexta, un barrio que respira básquet, llegó para jugar en El Tala. Sobre ello, dijo: «Me llevó Gustavo Móndolo cuando yo tenía 18 años, tengo buenos recuerdos de haber jugado mucho en primera y en un equipo de juveniles muy competitivo».
Con la partida de Móndolo del ‘Rojo’, Poratti lo siguió en su camino por Atalaya. «El tiempo que estuve, disfruté muchísimo, pude jugar con muy buenos jugadores y es realmente increíble la hinchada, mucha pasión», expresó. Aunque previamente, regresó a su ciudad para jugar en su club en 2003 y 2004.
Pero como una espina clavada, afirmó: «Creo que me faltó salir campeón con Atalaya. Estuvimos muy cerca de ser campeones en el Federativo, pero se nos escapó en Colon de Santa Fe. Luego en Rosarina, hubo un problema y no pudimos jugar por más de 20 fechas. Descendimos por una sanción y al año siguiente volvimos».
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Estuvo cuatro temporadas en el ‘Azul’, pero en 2009 no se fue de la República de la Sexta. Curiosamente, pasó al acérrimo rival, Sportsmen Unidos. «Me recibieron de la mejor manera, a pesar de que venía de jugar para su clásico. Se formó un grupo muy unido y ganador. En realidad fue Cristian Le Bihan quien lo formó, así lo veo yo. Aprendí mucho ahí y para mí es un orgullo ver que en dos de las estrellas, fui parte del equipo», reveló.
Poratti estuvo cerca de cinco años en el ‘Verde’. Estos fueron interrumpidos por dos regresos a Atlético Sastre para jugar Federativos y una temporada en la Liga Cañadense en Campaña de Carcarañá, a la cual catalogó como «una linda experiencia».


Sin embargo, esos años le sirvieron para ganar un título local y un Torneo Federativo con el equipo de calle Primero de Mayo. Sobre aquella copa, expresó: «Para mí el Federativo era uno de los torneos mejores organizados. Equipos que se arman muy bien, se sabe bien claro cómo es la organización del torneo. Jugué 11 o 12 Federativos y solamente se me dio ser campeón en uno. Es uno de los títulos que nunca me voy a olvidar».
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Cuándo se fue de Sportsmen, comenzó un periplo por algunos clubes de la ciudad y alrededores. «En Rosario Central tuvimos problemas que no nos pagaban, renegamos bastante. Mientras que, en Sarmiento de Cañada de Gómez, jugué una Liga C pero quedamos eliminados con Ceres», afirmó.
Luego se instaló en la zona norte de la ciudad, junto a la ribera rosarina, Náutico Sportivo Avellaneda fue su casa por los siguientes seis años (NdR: con dos regresos a Sastre, en 2016 y 2017). Estuvo allí hasta el inicio de la pandemia.


«Me llevó nuevamente Móndolo con un gran proyecto. Me invitó a comer un asado a su casa junto a Sebastián Garnero, Eloy Madrid, José Bosco y el ‘Pocho’ Colmegna. Nos quería llevar a jugar a los cinco (NdR: habían jugado juntos en Atalaya). Pero por distintos motivos no se dio que vayamos los cinco. Fui yo y al año siguiente se sumó Eloy. Fueron años muy lindos», agregó.
Federico, fue partícipe de unas irregulares campañas en ‘Nauti’. Debido a cambios en los torneos (NdR: en esos años se anexó la Superliga), combinado de algunos malos resultados, descendió y ascendió algunas veces. Marcados a fuego quedaron los buenos recuerdos en su memoria.
«Fueron tres, me sentí muy bien. Es un club que está muy bien organizado, con un proyecto muy claro. El primer año llegamos a playoffs, pero quedamos eliminados. Al segundo, tuvimos un muy buen torneo y salimos campeones logrando el ascenso», agregó.
Y desglosando su recorrido, continuó: «Luego hubo una división de categoría, cuando armaron la Superliga y como que descendimos seis u ocho equipos. Al año siguiente asciende Unión y Progreso y nosotros llegamos a la final versus Gimnasia y Esgrima y ganamos el segundo ascenso».
«Fue muy emotivo. Al semestre siguiente de los 10 equipos de la Superliga descendieron dos y nosotros fuimos uno de ellos. Al semestre siguiente, pudimos volver a ascender ganándole a Provincial un partido sobre la chicharra. En Náutico estábamos jugando el Provincial, pero quedó suspendido por la pandemia», finalizó sobre el tema.
En 2020, llegó el cambio de club luego de muchas temporadas. «Me llaman de Provincial el año pasado con un proyecto que me gustó. Me sumé para 2020, pero no pudimos jugar por la pandemia. Entrenamos siempre que se pudo y en este 2021, los resultados nos vienen acompañado. Lo vivo muy tranquilo, siento que ya son mis últimos partidos como jugador semi profesional», cerró.
«En Provincial venimos muy bien invictos en los dos torneos, esperemos poder seguir así».
Trayectoria
- Atlético Sastre (1992/2003); (2003); (2004); (2009); (2016) y (2017)
- Libertad de Sunchales (2003)
- El Tala (2004)
- Atalaya (2005/2009)
- Sportsmen Unidos (2009/2014)
- Campaña de Carcarañá (2012)
- Rosario Central (2014)
- Sarmiento de Cañada de Gómez (2014)
- Náutico Sportivo Avellaneda (2014/2020)
- Provincial (2020/Actualidad)