Erick Topino nació en Sansepolcro, un pequeño pueblo de Italia ubicado a poco más de cien kilómetros de Florencia, el 31 de julio de 1990. El toscano dio sus primeros pasos en el parquet ya en nuestra ciudad y, desde ese momento, transitó por un gran número de clubes dejando su marca en cada una de las camisetas que defendió.
El primer club que enamoró a Topino del básquet fue Velocidad y Resistencia, a la edad de 13 años. En ‘El Rayo’ solamente estuvo una temporada, ya que al año siguiente se mudó por primera vez con destino a Atlantic Sportsmen. Allí, continuó sus años de formación aprendiendo cada día a encontrar y pulir sus armas en el juego.
En la temporada 2008 cambió nuevamente de colores, su destino fue su tierra natal en el Licata, un equipo del ascenso italiano perteneciente a la ciudad del mismo nombre ubicada al sur de Sicilia. «Como especial en la situación vivida y por la edad, puedo destacar mi primer incursión en Italia, tenía sólo 18 años, viajaba solo y me pagaban bastante para mis bajas expectativas, por lo que sentía la presión», declaró Topino.


«Conocí lugares nuevos y formé una amistad con un platense con el cual conviví toda mi estadía allá, el cual mantengo una cercana amistad. Era otra cultura, otro idioma y otra forma de jugar».
«El condimento esencial de esa experiencia se la dio el quiebre que ocasionó en mi carrera profesional. Una vez que regrese al país, volví a recibir una oferta para jugar en un nivel más alto y fue ese momento cuando decidí no dedicarme exclusiva y profesionalmente al básquet, sino de manera semi profesional y a la par estudiar. Definitivamente lo especial estuvo en el rumbo significativo para mi vida», agregó.
El interno no era ajeno a la cultura europea ni al idioma, tano de nacimiento fue como volver a su casa: «Soy Italiano, nací allá y entre idas y vueltas de mi familia, viví siete años en Italia. Al asistir a la escuela en aquel país dos años, además de realizar mi secundario cuando regrese al país en la Dante Alighieri, siempre continué en contacto con el idioma, por eso no tengo inconvenientes por suerte; puedo hablarlo, lo entiendo casi a la perfección y me defiendo bastante para escribir aunque en la actualidad tenga poca práctica».


Retornó al país en 2009 y al llegar se sumó a Regatas Rosario. Fue el en club de la ribera que debutó en primera en la temporada 2010 de la mano de ‘Coco’ Juan y Adrián Bueres. Erick fue la gran revelación del torneo siendo el goleador de la competencia con un promedio de 26 tantos por encuentro en la primera mitad del año.


Luego de un semestre muy movido en Regatas, aceptó la propuesta de Belgrano de San Nicolás para disputar el Torneo Argentino de Clubes. Con el club nicoleño, no lograron avanzar a la segunda fase del campeonato así que Erick arregló su llegada a Alumni de Casilda para enfrentar la misma competencia que el primer semestre del 2011.
Terminada su participación en Alumni, volvió a armar las valijas en la segunda mitad del año con destino a ADEO de Cañada de Gómez. A inicios del 2012, pegó la vuelta a la Rosarina para vestir los colores de Rosario Central. En el ‘Canalla’ jugó hasta el 2013 cuando pasó a Echesortu. En la temporada 2014 le llegó una propuesta por parte de Central Entrerriano de Gualeguaychú, para disputar el torneo provincial.


En el equipo de la provincia vecina, logró el ascenso al Torneo Federal para la alegría de toda la ciudad entrerriana. Al consultarle por el logró deportivo más disfrutado en su carrera hasta ahora, el pívot no dudó: «El campeonato en el cual ascendimos al Federal en Central Enterriano. Básicamente por tratarse de un torneo a nivel provincial, por no estar en mi ciudad y además porque la gente en Gualeguaychú es muy basquetbolera».
«Se jugaban todos los partidos con 2000 personas. El público es fanático con locura y nos seguía en todas las canchas. Y como condimento especial, la final se jugó en Gualeguaychú con un equipo de la misma ciudad con 5000 personas por lo que fue una locura», expresó con euforia.


Para el segundo semestre de 2014, retornó a Echesortu. En el club de calle San Nicolás permaneció hasta la temporada 2015 y al siguiente año volvió a mudarse a la provincia de Entre Ríos. Vistió la camiseta de Neptunia de Gualeguaychú y disputó el torneo provincial nuevamente. Con el equipo entrerriano llegó otra vez hasta la final del certamen, pero quedó a las puertas del gran objetivo.


En la segunda mitad de la temporada 2016 acordó su llegada a Sportsmen Unidos para enfrentar la liga provincial santafesina y la primera parte del torneo rosarino. Allí, fue una pieza clave tanto en la competición provincial como en el campeonato doméstico. En el segundo semestre del 2017, cambió de ‘Verde’ y llegó a Sportivo América.
El equipo de calle Tucumán venía en alza consiguiendo dos ascensos consecutivos y logró cerrar un refuerzo de jerarquía como Erick Topino, el interno devolvió la confianza con grandes actuaciones que llevaron a una nueva coronación del ‘Verde’. Esta vez en la A2 para llevar al equipo dirigido por Hugo Luna a la Superliga.
Topino fue el goleador del campeonato con 374 puntos en 18 fechas, teniendo también el mejor promedio de anotación con 20,8. «Siempre me consideré un jugador principalmente ofensivo, creo que si leen esto mis amigos, ex compañeros o técnicos se reirían mucho y estarían diciendo: ‘Si obvio, si las tirás todas y no defendés a nadie (risas)'», declaró Erick.
«Además de sentirme cómodo en ese sentido, Luna ya me conocía de años. Llegamos hasta a jugar en contra hace muchos años atrás (risas). Por tal motivo, él fue claro. Necesitaba de mí, mantener o explotar mi habilidad ofensiva como también mejorar o esforzarme más en el aspecto defensivo. El objetivo era ascender y el club había hecho un esfuerzo económico y estructural grande para lograrlo», confesó el ‘Tano’.
Al inicio de la temporada 2018, Erick mudó su básquet nuevamente y acordó su arribo a Temperley. En el ‘Negro’ formó parte de un equipo con una idea clara de pelear arriba y con un gran grupo de jugadores. Lograron ser protagonistas a vencer en la Superliga llegando siempre hasta las instancias finales. Vistió los colores del equipo de calle Ayacucho hasta los playoffs de la temporada 2019.


Luego de diferencias en su anterior equipo, arregló su llegada a CAOVA a principios del 2020. Lamentablemente, debido a la suspensión de las competencias por la situación epidemiológica, no jugó oficialmente. Con la salida de Gonzalo Pastorino del club de zona sur y su arribo al banco de Puerto San Martín, el entrenador lo sedujo para unirse al equipo del cordón industrial y ser parte del proyecto creciente del equipo.
Topino ya es a esta altura todo un trotamundos en nuestro básquet, dejando una huella en cada equipo que defendió. A sus 31 años, ya es uno de los jugadores más experimentados en la liga. Al ser consultado por cada uno de los colores que le tocó vestir, respondió: «No quiero ser reiterativo en las frases hechas, pero realmente de todos me llevo algo positivo».
Y agregó: «La interacción con diferentes jugadores, compañeros, técnicos, dirigentes y público en general es único e irrepetible. Como se vive el básquet en Rosario, comparado con ciudades más pequeñas como Cañada de Gómez, Gualeguaychú o San Nicolás por ejemplo, es completamente diferente. Al contar con menos clubes, tienen más hinchas. Los viven con otra pasión y se hacen presente en la vida diaria fuera de la cancha. Acá es más frio y se divide mucho por la cantidad de clubes como el tamaño de la geografía».
Gracias a la gran cantidad de escudos defendidos, también trabajó con grandes entrenadores y se lo consultó por alguno que le haya dejado más enseñanzas: «Realmente no puedo marcar uno solo al haber jugado en tantos clubes, pero Lionel Ceñera en inferiores, Jorge Alberto Block en Atlantic. También Adrián Bueres en inferiores, fue importantísimo para dar un salto en calidad y competitividad».
Y sumó: «Con Gonzalo Pastorino tengo mucha confianza y me siento muy cómodo tanto en lo humano como en lo deportivo, por la libertad que me otorga. Por último, los técnicos en Gualeguaychú, Mario Rodríguez ya que llegamos a la final con un equipo muy joven y con poco presupuesto y Juan Cordatti como técnico extranjero por su experiencia y calidad».
«Debo confesar la enorme gratitud hacia este hermoso deporte. No tiene nada malo, salvo los horarios y días de entrenamiento para mí que soy bastante vago (risas). Obtenés muchas amistades. En varios casos ha desembocando en sociedades comerciales o proyectos en común. En mi caso, he iniciado mi carrera comercial con Franco D’Angelo en la franquicia Gianduia, donde se transformó en un gran éxito en la actualidad», declaró Topino
Y concluyó: «También es un deporte donde se aprende a competir sanamente. Te enseña a tomarte las derrotas con tristeza, pero al poco tiempo te da revancha. A ser resiliente y manejar las emociones, ya sea con hinchas, compañeros, entrenadores o dirigentes. El básquet te mantiene muy bien físicamente y te despeja mentalmente de todos los problemas del día a día, ya sabiendo lo difícil que se torna en general vivir tranquilo en este país».
Trayectoria
- Velocidad y Resistencia (2003/2004)
- Atlantic Sportsmen (2004/2008)
- Licata de Italia (2008/2009)
- Regatas Rosario (2009/2010)
- Belgrano de San Nicolás (2010)
- Alumni de Casilda (2011)
- ADEO de Cañada de Gómez (2011)
- Rosario Central (2012/2013)
- Echesortu (2013) y (2014/2015)
- Central Entrerriano de Gualeguaychú (2014)
- Neptunia de Gualeguaychú (2016)
- Sportsmen Unidos (2016/2017)
- Sportivo América (2017)
- Temperley (2018/2019)
- CAOVA (2020)
- Puerto San Martín (2021/Actualidad)