Rosario Central es, junto a su clásico rival, Newell’s Old Boys, el equipo más campeón de la historia del básquet rosarino, con 15 títulos. Cada uno de ellos (NdR: en 1968; 1969; 1979; 1980; 1981; 1982; 1985; 1993; 1998; 1999; 2000; 2001; 2005; 2007 y 2010), tuvo un sabor particular. Sin embargo, el segundo tetracampeonato de su historia, entre 1998 y 2001, dejó una huella imborrable para sus hinchas.
Claudio ‘Turco’ Grimaldi, quien era el entrenador de aquel gran equipo, junto a Sebastián Garnero, Cristian Grimaldi (NdR: hermano de Claudio) y Juan Pablo Lupo, las estrellas auriazules del ‘Dream Team’ Canalla, rememoraron junto a Línea de Tres una de las épocas doradas para los de Cruce Alberdi.

La cabeza del equipo
Claudio Antonio Salvador Grimaldi, fue el forjador de aquel equipo multicampeón e histórico que enamoró a miles de hinchas auriazules y a todos los amantes del buen básquet. El ‘Turco’, como se lo conoce en el ambiente, derrochó pasión por la naranja y contagió a sus dirigidos por la azul y amarilla. Los resultados quedaron a la vista, Rosario Central fue campeón cuatro años consecutivos de la máxima división local, con ascensos incluidos a nivel nacional.
«Lo que más recuerdo de la época es toda la gente que nos seguía. El Cruce Alberdi se llenaba todos los partidos. Fue un ciclo muy lindo en Central», expresó Grimaldi.
Sebastián Garnero (SG), base, armador y figura del equipo, junto a los perimetrales goleadores Juan Pablo Lupo (JPL) y Cristian Grimaldi (CG), manifestaron lo que significó la figura del ‘Turco’, detallaron el juego colectivo de aquel equipo, rememoraron momentos del plantel, confesaron por qué se mantuvieron tantos años en la elite del básquet local y expresaron mucho más, junto a Ld3.
(SG): «El ‘Turco’ fue un motivador nato. Claudio fue el encargado principal de llevar a cabo lo que logramos, fue mucho más que un entrenador. Él se ocupaba de muchas otras cosas en lo organizativo y estructural. Armó un plantel con grandes jugadores y con mejores personas; de lo contrario, hubiese sido imposible lograr lo que se logró».
(JPL): «Tengo el mayor de los respetos por el ‘Turco’. Formamos una linda relación a través de los años. En su momento, era un entrenador duro, difícil y que imponía una filosofía que, por ser joven, muchas veces era difícil de asimilar. Pero con el paso de los años, uno se da cuenta que, por todo lo que se obtuvo, es un tipo que sabe elegir muy bien a los jugadores y es muy motivador».
(CG): «Claudio era un DT muy inteligente para armar el equipo, motivador y muy astuto para plantear los partidos. Exigente y competitivo».
El ‘Turco’ Grimaldi (TG) tuvo dos etapas en Rosario Central. En la primera, entre 1992 y 1993, logró un subcampeonato y un campeonato, respectivamente. Luego, en la segunda, estuvo desde 1998 a 2003, donde obtuvo cinco títulos más.
En siete años dirigiendo al ‘Canalla’, Claudio consiguió seis estrellas.
«Otra cosa que me hubiese gustado conseguir, que estuvimos muy cerca en dos oportunidades, era el ascenso a la Liga Nacional. Una vez no pudimos porque nos quitaron puntos y otra porque tuvimos problemas económicos. Me hubiese gustado mucho, teníamos equipo para eso», confesó el ex DT.

El juego del equipo
(TG): «De esos equipos, que los mantuvimos durante varios años, recuerdo la entrega que tenían y el juego vistoso que entusiasmaba mucho a la gente. En el plantel reunía jugadores de mucha habilidad y de mucho contagio en la entrega. Un equipo medio irrepetible en el tiempo».
(SG): «Jugar en ese equipo era bastante fácil y divertido. Simplemente fue encajar, escuchar, aprender, dar lo mío y disfrutar la mayor parte del tiempo. Seguro que fue unos de los mejores planteles que integré. Teníamos mucho potencial».
(JPL): «Aquel equipo tenía muchas variantes en el juego. Teníamos a Garnero que distribuía muy bien, era de otro nivel. Cristian Grimaldi y yo en el perímetro, que estábamos en un gran momento y después, los internos y cada uno de los que ingresaban, nos facilitaban el trabajo. El equipo sabía a lo que jugaba y tenía muchas variantes en el ataque. Defensivamente, éramos muy agresivos en la zona pintada».
(CG): «Fue muy lindo, a pesar de que cada jugador era determinante, nos ensamblamos sin egoísmo y pensando en el bien del equipo. Competitivo y ganador. El juego era dinámico, vistoso y con mucho poder de gol».
Además de los ya mencionados Garnero, Lupo y Grimaldi, los demás jugadores que formaron parte de la base de aquel equipo histórico son Alejandro Reinick, Javier Garello, Mariano Ciliberti, Pablo Albanese, Germán Tolosa, Fernando Falco, Patricio Peralta, Ariel Bernardini, Julio Galván y Porta, entre tantos otros que fueron rotando en varios años de gloria.

La armonía del plantel
(TG): «Estoy orgulloso de haber sido partícipe de lograr este objetivo con estos jugadores, que en definitiva son los partícipes fundamentales; sin ellos no se puede ganar nada. Cada vez que se logra algo, se necesita de un conjunto. También hay que destacar a mi cuerpo técnico, que era de lujo, con Sergio ‘Pupi’ Córdoba como ayudante y José Luis ‘Pelado’ Marchica como preparador físico».
(SG): «En casi todos los puestos contábamos con dos jugadores de calidad, pero lo más importante fue la unión que se logró. Era un equipo solidario, en el que muchos dejaron de lado cuestiones individuales en pos del grupo; con roles muy marcados y aceptados con el fin de lograr los objetivos. El ambiente del plantel era excepcional. Repito, solidario y divertido. Y eso que pasamos momentos complejos en lo deportivo y mucho más en lo económico».
(JPL): «El ambiente del plantel era maravilloso. También pasamos momentos muy duros, ya que estuvimos más de seis meses sin cobrar. Eso habla muy bien del cuerpo técnico, quienes nos han sabido llevar y nos hicieron entender que más allá del dinero, la gloria de ganar campeonatos y de quedar en la historia grande del club, era mucho más importante».
(CG): «Algo fundamental para lograr los objetivos era la unión del grupo y no se faltaba a entrenar».
«La amistad continúa en la actualidad».
Mantenerse en la elite
(TG): «La clave fue mantener un buen grupo, plantear objetivos cortos y tener mucha competencia interna, para no perder el horizonte. Por lo general, cuando uno gana algo dice ‘ya está’. Esto era ganar algo y seguir por más. Con el transcurso del tiempo, cada vez nos querían ganar más los equipos, se armaban para ganarnos. Nosotros teníamos que tener ese fuego interno de querer seguir ganando cosas y por suerte, lo tuvimos».
(SG): «Nos mantuvimos en la elite porque entrenábamos duro y porque teníamos un plantel repleto de talento con roles muy claros y asumidos. Los objetivos también eran claros, sobre todo el de ganar todo lo que jugáramos».
(JPL): «Perduramos en la elite porque éramos un equipo muy inteligente. Rosario Central es un club que te obliga a ganar y más en esa época con Claudio, que era muy exigente en el día a día. Teníamos que dar todo en cada entrenamiento y en los partidos para permanecer y luchar por la gloria de la institución».
(CG): «Claudio no te permitía relajarte, siempre iba por más. El trabajo duro de todo el año se capitalizaba con el logro final. Todos los equipos competían por el título, pero campeón salía uno solo».

Los recuerdos
(TG): «Cada torneo que uno logra es algo particular, ya sea por lo acontecido o por lo que costó. No hay uno en particular que haya sido el mejor. Todos los logros fueron importantes. En su conjunto, son mucho más trascendentes, le doy valor a eso».
«Las finales eran hermosas. Recuerdo una con Ciclón, en cancha de Sportivo América, ellos habían traído americanos para jugarnos y les ganamos igual. La gente de Central se había hecho hincha del básquet y ver las tribunas siempre llenas, con la hinchada festejando, era una cosa inigualable».
(SG): «Cada título tuvo lo suyo. El primero por ser el primero y el último por estar un año sin cobrar y lograr el objetivo igual. Cada uno de los otros por algo en particular, con distintos condimentos. Tengo los mejores recuerdos. Un club fuera de serie y compañeros increíbles que hasta el día de hoy seguimos siendo amigos, que en definitiva es lo más importante que te deja este deporte; aún siendo profesional».
(JPL): «Fue de los mejores equipos que formé parte, sin dudas. Fue un orgullo, mantuve amigos a través del tiempo hasta el día de hoy. Se ha formado un gran equipo, pero también un excelente grupo de personas. Con variantes, porque fueron muchos años, pero la base sólida se mantuvo a través del tiempo y pudimos conseguir varios campeonatos con ese grupo».
(CG): «Recuerdo mucho los entrenamientos, a veces eran más competitivos que los partidos. Mucho premio y castigo, lo que era alegría para unos, era enojo para otros. Según el día, todos pasamos por esos estados. Hoy en día nos reímos de eso, en aquel momento no».
Del pasado al presente
«Yo soy enfermo de Rosario Central y el básquet es una parte grande de mi corazón. Cuando lo dirigí, fue lo máximo. Hoy me duele que no tenga el protagonismo de aquella época dorada. Para lograr eso, hay que trabajar muchísimo; conocer el club y sentirlo. En mi época, todavía no existía el Cruce Alberdi, por lo que el equipo, en muchas ocasiones, alquilaba canchas y entrenaba en el Parque Urquiza; no teníamos pelotas ni camisetas. Con esfuerzo y dedicación, todo es posible de lograr», concluyó el ‘Turco’ Grimaldi con melancolía.
Nicolás Funes, actual entrenador de la primera división y coordinador general del básquet de Rosario Central, se sumó al recuerdo de aquella gloriosa época ‘Auriazul’. Por otro lado, también manifestó su deseo de convertir al ‘Canalla’ en aquel que tanto padecía como rival.
«Yo llegué a Rosario en el ’99, pleno surgimiento de aquella dinastía. Central era un ‘cuco’, era el equipo a vencer. Siempre tenía los mejores jugadores. Enfrentarlos era el gran desafío, nos preparábamos para ganarles».
«Habiendo pasado tanto tiempo de eso, hoy, como DT de la institución, uno intenta llevar al club a que vuelva a rememorar esas épocas. Por lo tanto, deseo que el club vuelva a tener equipos súper competitivos, ser protagonistas a nivel local y nacional. Siempre teniendo como espejo al Central de Grimaldi. Trabajamos para que los chicos del club sepan dónde están y quiénes estuvieron, para traerles ese pasado al presente y que sepan cuál es el lugar que le pertenece a Rosario Central».
