El gigante estaba dormido, pero ahora resucitó. Ocho títulos locales, comenzando desde 1926 y con camadas históricas, necesitaban volver al escalón de elite del básquet rosarino. Desigualdades o afanes personales se dejaron de lado para lograrlo.
Porque esta historia sabe de tropiezos y caídas, para volver a levantarse y ser más fuerte. El primero ante Gimnasia y Esgrima en el Cuadrangular Final de Primera A en 2021 que lo relegó a otro año buceando en la segunda categoría.
Se sacudió el polvo y volvió, porque así es este equipo. Planteó lo bueno y lo malo, para tener otra cara en este 2022. Y llegó el artífice principal, su entrenador, Gustavo Lalima. El ‘Tete’, sereno y de pocas palabras, fue armando pieza por pieza al equipo.

El histórico Pablo Fernández, salió de su retiro y se embarró junto a los más jóvenes. Guido Mariani, uno de los referentes ‘Provincialistas’ estuvo en el receso, con la firme ilusión de ascender en la Liga Federal. Y que periplo. De estar en La Pampa a las puertas de la Liga Argentina a volver y tener un recorrido meteórico en el ascenso rosarino.
Porque tuvo que sudar y mucho en la reanudación de la local, contratiempos de por medio, hicieron que juegue nueve partidos en 14 días. Algo que se asumió con total entereza y con grandes resultados, cuándo a veces las piernas no resistían.
Y con perfil bajo, volando bajito fue superando obstáculos y formando el plantel con el convencimiento que se necesita. Por ende, hoy eso lo pone en el lugar de privilegio para la próxima temporada. Sólo los 12 mejores equipos de la ciudad estarán en la Superliga 2023.

El Salvador Bonilla, lugar de tantas hazañas e historias que se sucedieron en el básquet del ‘Rojo’, fue la sede para el regreso. Otra vez a rebalsar, como durante todo 2022. AtlanticSportsmen, el recién ascendido, buscó evitar el ascenso que tarde o temprano llegaría.
Y allí estaba, desde adentro Pablo Fernández que parece intacto despliega su magia. Y desde afuera, Adrián Boccia -quién le dijo que no a La Liga y se puso su casaca para los torneos provinciales-, se muerde las uñas a la espera de lo que será el regreso de Provincial a Superliga.

El juego comienza con un equipo local con la doble E: efusividad y efectividad. Esos puntos hicieron tambalear al ‘Kiwi’ que sintió el golpe y con pocas chances, corrió todo el juego desde atrás. Es que el destino quería que ese fuera la cita y el momento.
Debía volver y lo hizo de gran manera. Un torneo que en su momento tuvo que relegar por un sueño, pero que regresó y lo ganó de punta a punta. Por esto y mucho más, Provincial demostró que los gigantes pueden despertarse.