Diego Foradori, de 39 años, colgó las zapatillas para asumir como presidente de Sportsmen Unidos. Durante una trayectoria de más de 30 años, cosechó logros deportivos y reconocimiento humano fuera de Rosario. Firmat FC y Sportivo Las Parejas son un ejemplo de ello, en donde el perimetral obtuvo dos ascensos. Además, de ser un referente dentro de la cancha, tuvo una breve etapa como formador.
Tras integrar el plantel de Sportsmen campeón 2011, pasó a ser dirigente del ‘Verde’ de la Sexta. Afrontó la prueba de fuego, como tantos otros clubes, que le propuso la pandemia y dialogó en un mano a mano con Línea de Tres.
¿Extrañas los domingos de básquet?
-Si, la verdad que sí. Uno es amante de este deporte y desde chico y a la mayoría le debe pasar.
¿Cómo se encuentra Sportsmen con la reapertura progresiva de actividades?
-Las actividades deportivas fueron arrancando de a poco con los mas grandes, ahora con los mas chicos. Esto cambió el humor de muchos de los que practicaban este deporte. De a poco nos vamos acomodando, tratando de hacer lo mejor posible para que nadie esté disconforme.
¿Causó mucho daño la pandemia a la institución?
-Lógicamente que sí. Tuvimos una etapa que fue muy complicada donde teníamos que realizar actividades para solventar gastos fijos. Aún así, la pudimos sacar adelante.
Respecto a los cambios en las categorías formativas, ¿tenés alguna opinión formada?
-Primeramente no debería caber la posibilidad de perder puestos de trabajo, nadie la estuvo pasando bien y los entrenadores no fueron la excepción. Si bien yo me crie con las categorías infantil, cadete y juvenil, considero que la modalidad de aprendizaje va acompañado tanto por el aparte de uno mismo, como por quienes te ayudan. Eso no implica que la aparición de la U13 no haya servido para aportar en el funcionamiento y la adaptación de los chicos.
¿Dónde nace tu amor por el básquet?
-Básicamente por mi viejo, me llevó de chiquito al club. En otros clubes de barrio pasa lo mismo.
¿Cuántos años llevas como jugador?
-Empecé a los cuatro años, así que ya van más de 30.
¿Quiénes fueron tus primeros entrenadores?
-En Sportsmen arranqué con Roberto Gago y luego con Cristian Le Bihan, tras muchos cambios.
¿Recordás tu debut?
-Partido en cancha de El Tala, debutamos con el ‘Monito’ Tripelli.
¿Cómo es el desafío mental del retiro?
-Básicamente nunca me quise retirar, me siento feliz dentro de la cancha. Igualmente, los últimos años tuve tres lesiones consecutivas que me desgastaron la cabeza. Además, consideraba que le estaba haciendo un mal al equipo. Como normalmente el plantel se adapta al tiempo y la metodología de un base, creo que fue la decisión más sana.
Sos muy querido tanto en Firmat FC como Sportsmen, ¿qué se siente ser tan reconocido en dos instituciones diferentes?
-Sinceramente, es un placer enorme. ‘Spu’ es el club donde nací, al cual le debo todo y Firmat fue el lugar donde mas me pude desarrollar profesionalmente. En ambos tengo muchos amigos y grandes recuerdos. Partidos determinantes, finales perdidas y ganadas, compartidos con grandes grupos de amigos.
Cuando me tocó iniciar en FFC, estuve con jugadores a quienes consideraba referentes como Juan Pablo Lupo, Fernando Falco, Pablo Albanese y Ottón Jakowski, que en Rosario fue el mas determinante de la liga. Sportsmen fue el lugar donde me crie, así que ser querido por ambos lugares es un orgullo.
Teniendo en cuenta los constantes viajes a Firmat que conllevó un esfuerzo doble, ¿disfrutaste el doble al cumplir los objetivos?
-La situación fue compleja el primer año, en el que sí viajaba siempre, pero luego me quedé a vivir allá. Con lo dura que era la competencia resultó en lo mas conveniente estar instalado y entrenar doble turno como correspondía. Me toco también en Las Parejas, durante tres años y cuando uno llega a la etapa final del torneo, recordando todo el recorrido, al conseguir los objetivos la satisfacción es enorme.
¿Qué recordás de tu paso por Talleres de Villa Diego?
-Mi primer salida fue ahí, aún siendo juvenil, de parte de Marcelo Roig para jugar una liga. Recuerdo un grupo humano y profesional muy bueno, con Guillermo Mariani como cabeza dirigencial. Hicimos una muy buena temporada y llegamos a semifinales de Santa Fe, perdimos contra un Banco de Santa Fe plagado de figuras. La verdad que la temporada fue buenísima.
¿Te quedó grabado el ascenso con Sportivo Las Parejas?
-En verdad, lo que me quedó grabado fue el grupo de amigos. Un club con una calidad humana enorme y que recomiendo siempre para cualquier jugador. En ese momento además peleábamos el torneo local, que era muy duro. Tuvimos la suerte de ganar dos títulos. Igualmente, coronamos todo con el ascenso al Torneo Federal. Fueron temporadas extraordinarias. Me tocó viajar con Manuel Morello, Emiliano Colmegna e Ignacio Vaccari, con ellos tenemos una amistad que hasta hoy continúa.
¿Contas los títulos de tu carrera?
-No, la verdad que no. Puedo hacer un repaso general con ligas locales en Rosario, Firmat y Las Parejas, pero los títulos más rutilantes fue haber ganado con la selección santafesina de primera, en dos oportunidades con la rosarina, además de los ascensos con Firmat y Sportivo. También no me puedo olvidar del campeonato juvenil, donde salimos campeones con Santa Fe y jugamos junto a Carlos Delfino, ganándole a Provincia de Buenos Aires.
¿Te quedo algún sueño pendiente como jugador?
-Me hubiese gustado mucho jugar a un nivel superior. Pero no me quejo, he llegado a jugar competitivo y es el sueño de un montón de chicos. Jugar en serio y ganando dinero, pero lo más importante es estar dentro de una cancha haciendo lo que a uno le gusta. Aún así, me hubiese gustado jugar también en una Liga Nacional A.
¿Porqué crees que no se te dio?
-Tuve oportunidades de llegar siendo juvenil. De hecho, hice una pretemporada entera con Regatas San Nicolás, pero decidí quedarme en Sportsmen. Empezaba a ser titular en primera y luego me sentí muy cómodo en Firmat, donde fue mi etapa fuerte. Hubo un enamoramiento con el club y con su gente. La verdad que fue una parte muy linda y no pensaba en alejarme de ahí.
Si tuvieras que elegir tres momentos mas felices, ¿cuáles pondrías?
-Primero, mi primer título con Sportsmen teniendo 15 años y ganándole a Central. Segundo, el ascenso con Firmat y finalmente, llevar a mi hijo a jugar su primer partido oficial. De los tres, creo que fue el mas lindo de todos.
¿Tenés momentos duros para enumerar?
-Las veces que me lesioné, sin ninguna duda. Una muy fea, fue jugando el quinto partido de una final de Liga Nacional B, en cancha de San Martín de Junín. Venía bárbaro y un golpe me sacó del partido, pese a infiltrarme terminé con un desgarro. Luego, dos veces que me corté los ligamentos.
¿Le encontraste una explicación a la sumatoria de lesiones?
-La verdad que no. Tengo entendido que un mal movimiento, puede generar una ruptura y toda la vida me preparé para estar sano. Me cuidé un montón para poder estar dentro de la cancha, no había mas explicación de la que te dan los médicos.
¿Cómo te describirías como jugador?
-Mi característica de base fue siempre ser uno pensante y no tanto revulsivo. Aunque en un momento de mi carrera tuve una mezcla de las dos cosas en formativas porque la categoría te lo permitía. Cuando te enfrentas a jugadores determinantes en su posición, se empieza por analizar más todo. Un buen base tiene que ver el estado anímico de sus compañeros y las fragilidades del rival.
¿Cuál fue tu mejor temporada como basquetbolista?
-En mi tercera temporada para Firmat, estuve muy competitivo. Me tenía una fe bárbara.
Hace poco la cuenta oficial de Sportsmen publicó una asistencia tuya. ¿Te trajo lindos recuerdos?
-Obviamente, es parte de la carrera de uno. A un montón de jugadores les gusta hacer esas jugada y en esa ocasión tuve la suerte de que salió bien. Siempre las practicaba de chiquito.
En el #DiaInternacionaldelArte recordamos lo que hacía un tal Diego Foradori en cancha ✨ pic.twitter.com/w107dP1PjD
— Sportsmen Unidos 🇳🇬 (@UnidosSportsmen) April 15, 2020
¿Tenías referentes en particular?
-Cuando empecé a mirar Liga Nacional, mis referentes eran Marcelo Milanesio y Juan Espil. Después, a ‘Pepe’ Sánchez y a Montechia. Conforme pasó el tiempo, ahora miro a Campazzo y Laprovittola, al final siempre tenemos algún referente.
¿Qué entrenadores te marcaron durante tu carrera?
-Tuve muchos y muy buenos. Desde Cristian Le Bihan, hasta Mario Guzmán, Víctor Daich, la dupla de Miraglia y Aguilar, cuando ascendimos y que me dejaron una grata impresión. Pero si tengo que destacar, uno fue en inferiores Gustavo Roig y el otro Gonzalo Pastorino.
¿Qué pasó en tu etapa como entrenador?
-Por suerte estuve muchos años en inferiores, con buenos resultados para Sportsmen. Supimos aprovecharlo en la etapa del club en el Federal. De todas formas, llegó un momento en el que quise dar un salto de calidad y aspirar a dirigir primera.
¿Cómo te gustan tus equipos?
-Me gustan los que siempre le dan la vuelta a los partidos, no soy de casarme con un sistema. Creo que los equipos que aprenden a observar son los más inteligentes.
¿Qué diferencia haces como jugador, entrenador y dirigente?
-Son cosas totalmente diferentes. Las tres son opuestas, pero se hacen desde el sentimiento. Hoy me toca tratar de hacer lo mejor que pueda para el club de mis amores y estoy orgulloso. Si se hacen cosas desde el corazón pueden salir bien o mal, pero a uno lo deja conforme. No tengo dudas que lo mas difícil es ser dirigente y muchas veces hasta pasa a ser ingrato. Me preparé para todo, menos para este cargo y tuvimos un curso acelerado por la época de pandemia.
¿Cuáles son los objetivos del básquet para lo que viene?
La idea de Sportsmen es competir lo mas arriba posible, siempre. Pero hoy la verdad que es todo incierto. Sería apresurado de mi parte decir que vamos a participar del Federal por haber terminado primeros en la fase regular de la Copa Santa Fe, cuando ni siquiera tenemos un equipo de trabajo conformado.