Marco Luchi, de 27 años y 2 metros de altura, fue una de las últimas incorporaciones de Ciclista Olímpico de La Banda. El jugador, llegó proveniente de Norte de Armstrong, donde disputaba Liga Argentina, para integrar el plantel que maneja Leonardo Gutiérrez. Marco, en 2020, dio su ansiado salto a Liga Nacional.
Con pasos por Echesortu y Rosario Central en Rosario. Fue en Sportivo Rivadavia de San Genaro, donde se coronó campeón del Argentino de Clubes 2014/15. Por otra parte, con Sportivo Las Parejas consiguió el subcampeonato del Torneo Federal 2015/16. Desde hace algunas temporadas, era una pieza clave de ‘Los Tigres’ de Armstrong.
¿Cómo vivís esta etapa post suspensión de La Liga?
-Entrenando, esperando que nos den el okey para volver a la competencia. Aparentemente, el martes o miércoles estaríamos viajando a Buenos Aires para reanudar el torneo.
¿Qué se hizo mal?
-Me parece que un montón de cosas, casi todo. Había muchas cosas que estaban en el aire. A veces, cruzarse era inevitable. Cualquiera podía entrar o salir del hotel y había que apelar a que cada delegación se comporte.
¿Cómo serán las nuevas medidas?
-Lo que se intentará ahora, es que sea todo más individualizado. Cada club se hará responsable de si mismo, con un máximo de dos clubes por hotel. Va a haber hisopados antes de los partidos, esa es otra novedad. Eran cosas que había que aceitar, para detectar las cosas a tiempo.
¿Cómo viste los primeros partidos de Olímpico?
-Bastante bien, me pareció que jugamos intensos, que era la idea de Leo (Gutiérrez). Tanto la primera, como la segunda unidad del plantel. Le dimos pelea a casi todos los equipos. Ahora estamos esperando con ansias la reanudación.
¿Cómo fue tu adaptación en Liga?
-Bien, creo. Quiero disfrutar, ya que es mi primera experiencia. No me quiero volver loco. No tengo de que quejarme por ahora. Voy por buen camino.
¿Qué se siente ser dirigido por Leo Gutiérrez?
-Uno se lo empieza a tomar como natural, entre comillas. Pero al principio, cuando me llamaba o me mandaba un mensaje, no lo podría creer. Me lo preguntan varios, aunque para mí ya es normal ahora.
¿Te nutrís de su paso en el básquet y sus anécdotas?
-No le tenés que insistir para que te cuente una (risas). En los asados y las comidas, las cuenta solo. Estoy disfrutando de todo lo que puedo absorber de él.
¿Qué equipo te sorprendió?
-Nos faltó jugar contra San Martín, pero después fueron todos durísimos. Quimsa e Instituto, creo que están un escalón arriba de todos. Pero estamos tratando de mejorar en todo lo que se pueda.
¿Se puede jugar todos los días?
-Es desgastante, para el físico y para la cabeza. Yo no tengo tanto minutos como los otros chicos, pero el preparador físico y el kinesiólogo, hicieron un trabajo bárbaro.
¿Cómo comenzaste a jugar al básquet?
-Arranqué a jugar por ser muy mal jugador de fútbol. Mi mamá, me dijo que pruebe con básquet ya que era bastante alto. Comencé de la mano de Federico Sauro, me hice el carnet en Echesortu y ahí me quede. Tengo los mejores recuerdos de ‘Eche’, voy ahí desde los tres años.
¿Cómo fue tu paso por Rosario Central?
-Estuve nueve o 10 meses, jugando la liga local. Como estábamos en la B, la idea era ascender y poder comprar una plaza de Torneo Federal o algo. Después saltó que era todo mentira y estuvimos un tiempo parado, sin nada atrás. Nos fuimos cayendo de a poco.
¿Cómo describirías tu primera experiencia fuera de Rosario?
-Llegué como una incógnita a Sportivo Rivadavia de San Genaro. Quería jugar el Torneo Provincial y nos fue bien. Éramos buen grupo, perdimos la final pero estuvimos muy bien. Después en el segundo año, por suerte renovamos y fuimos campeones.
¿En Sportivo Las Parejas pudiste debutar en el Torneo Federal?
-Como Rivadavia no jugaba Torneo Federal, Sportivo Las Parejas tenía una ficha U23 libre. Llegué con el equipo armado. Se armó un grupo bárbaro y terminamos ascendiendo. Ganamos lo que teníamos que ganar y ascendimos.
Cuando salís de la ciudad, ¿se hace el click de qué podés llegar?
-En Las Parejas, ya era profesional o lo tomaba de esa manera. Antes de Rosario no era tan profesional, no había mucho. No existe.
¿Es una falencia no invertir más recursos en el básquet de Rosario?
-Si no tenés algo que banque y los clubes grandes no les interesa, es muy difícil. En otros lugares hay apoyo del gobierno, pero se ve que en Rosario no dura.
¿Qué balance haces de tu paso por Norte?
-La primera vez que llegué a Norte no sabía con qué me iba a encontrar, era un desafío. Quería demostrar que estaba a la altura. Conecté con el equipo y con la idea del entrenador. Fueron dos temporadas y medias muy buenas.
¿Qué entrenador fue el qué más te marcó?
-Tengo dos. Javier Chocrón, mi DT a los 15 años, me insistía en que tenía condiciones y le meta para adelante. Y después Freddy Cano, es un monstruo del básquet. Él te decía las cosas justas y en el momento indicado, si vos lo hacías, mejorabas.
¿Qué tuviste que cambiar para asentarte en Liga Argentina?
-Quizás, cuando fui a Las Parejas, me di cuenta que tenía que correr más que cualquiera. Tenía que estar en todos lados y estar en frente de mi defensor. Yo no tengo la fuerza o la capacidad técnica de los demás, tenía que esforzarme el doble.
Antes de tu llegada a Olímpico, ¿te veías en Liga Nacional?
-Yo antes de Olímpico no me veía, para nada. Pero llegó esta oportunidad y la aproveché. Estoy disfrutando. Todavía estoy adaptándome a La Liga. Estoy tratando de encontrar mi nicho y proveerle a mis compañeros lo que le haga falta.
¿Te gusta que haya varios rosarinos en La Liga?
-Es bastante bueno que haya muchos jugadores rosarinos en La Liga. Estando en Rosario, por ahí es más difícil. Pero es una muestra de que los jóvenes vean y sepan que se puede. Es muy positivo para el básquet de Rosario.
¿Qué tipo de jugadores te gusta defender?
-Me gusta más defender a los livianos, pero si hay que lidiar con los pesados no hay problema. Prefiero que sea más liviano que yo, pero si son pesados me subo porque soy más ágil.
¿Cómo te describirías como jugador?
-Soy un jugador que no quiere tanto la pelota en las manos, soy más altruista. Le gusta dejar sólo a los compañeros y aprovecha las oportunidades que le quedan. Le gusta pasarla, siempre trato de tomar la mejor decisión.
¿Cuáles fueron tus tres momentos más felices dentro del básquet?
-Cuándo ascendimos con Las Parejas al Torneo Federal, no lo sentí en el momento, con los días me cayó la ficha. Después el ascenso con San Genero, tras pelear tanto. Y por último, uno en Echesortu, veníamos mal y con varios lesionados. Contra Temperley jugamos muy bien y los dejamos afuera. Ese partido lo disfruté mucho, se me dieron todas.
¿Y tres momento duros?
-No llego a tres, cuando estaba en Central, tenía una expectativa diferente. Después de unos meses, no me encontraba ni en juego ni dentro del club. Y en Sportivo Las Parejas me pasó lo mismo, pero sólo en la parte personal. Por suerte no tuve lesiones grandes en mi vida.
¿En que liga te gustaría jugar?
-Me gustaría jugar en cualquier lado. No tengo liga predilecta. La verdad que yo sólo quería jugar en la primera de Echesortu, después se fue dando todo de a poco. Me llaman la atención algunas ligas, pero por ahora no. A lo mejor cuando sea más grande cambie mi cabeza.
¿Qué les pidió el entrenador para mejorar en la vuelta?
-Leo, hizo hincapié en la parte defensiva y el físico. Yo perdí una semana por contacto estrecho de mi compañero de habitación, así que me estoy poniendo a tono para el regreso. Estamos mejorando detalles y la parte física.
¿Cuál es el objetivo para esta temporada?
-Estar lo más arriba posible, no delirar con salir campeón ni nada. Queremos dejar al club bien parado. Hay un buen material para superar las expectativas. Todos tiramos para adelante y eso va a ser muy bueno para escalar posiciones.