Marco Giordano, actual base de Club de Regatas Corrientes mantiene un gran nivel en Liga Nacional hace un par de años. Esto, lo llevó a ser convocado a la selección nacional para las ventanas clasificatorias a la AmeriCup. Desgraciadamente, contrajo COVID-19 y el surgido de Temperley no pudo formar parte del equipo definitivo. De eso, y mucho más, habló con Línea de Tres.
¿El receso te vino bien para volver a tu ciudad y estar con tus seres queridos?
-Siempre un descanso está bueno para volver con más energía, visitar y aprovechar de la familia.
¿Estar lejos de la familia es lo que más cuesta?
-Sí. El dejar a los amigos, familia y hábitos que uno tenía de chico, es lo que más cuesta. Pero a medida que pasó el tiempo me fui acostumbrando a estar lejos y cada momento que puedo compartir con ellos lo aprovecho y disfruto al máximo.
¿Qué balance hacés de lo que fue esta primera mitad de temporada?
-En lo grupal, estamos mejorando. Se nos escaparon algunos partidos por ser irregulares pero se puede mejorar y son detalles los que tenemos que corregir. Si seguimos por este camino creo que estamos para pelear una posición arriba. Y en lo individual, tuve partidos buenos y otros flojos. Trato de buscar una regularidad para ayudar al equipo.
¿Cuál es el objetivo principal que se plantearon para esta temporada?
-Pelear arriba. Siempre ese fue el objetivo pero hay que construir el equipo y buscar esa regularidad porque la temporada es larga y queremos demostrar que somos un buen equipo.
¿Cómo se dieron tus inicios en el básquet?
-Mí papá y mí tío jugaban al básquet y vivo a una cuadra de Temperley. Mí familia iba siempre al club y desde que entrás al club tenés una cancha de básquet. Ahí fue cuando lo único que vi era básquet y empecé de chiquito y nunca dejé.
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¿Es una ventaja estar a una cuadra del club?
-Sí, es una ventaja. Siempre me gustó eso porque podía ir en el horario que quería, me podía manejar solo y aparte del básquet ahí tenía a todos mis amigos.
¿Qué significó para vos haber sido Campeón Argentino U15 con Temperley?
-Para mi fue algo muy lindo. Más por lo que significaba para el club que no estaba acostumbrado a disputar esas competencias, y por los padres de esa camada que siempre hicieron un esfuerzo muy grande para que podamos viajar a todos lados y tengamos la oportunidad de poder jugar esos torneos. Fue algo histórico y lo disfruté demasiado.
En ese momento, siendo el MVP de ese torneo, ¿te diste cuenta que podías ser profesional dentro del básquet?
-Yo siempre tuve en mi cabeza que quería ser profesional. Desde que tenía nueve años sabía que quería ser profesional, eso nunca se me salió de la cabeza. A medida que fue pasando el tiempo, me lo fui tomando más en serio. Al día de hoy, tengo la suerte de ser profesional.
Más allá del talento ¿qué se necesita para ser profesional?
-Entrenar. Eso es la clave. Hacer horas extras, cuidarte fuera de la cancha. Siempre tratar de mejorar, ya sea en lo táctico, físico, mental y nutricional, todo ayuda.
¿Cómo viviste las experiencias con la Selección?
-Siempre jugar en la Selección es un orgullo. Es lo que soñé de chiquito y en cada oportunidad que tenía sentía mucha adrenalina y ganas de jugar ya. Cada momento siempre lo disfruté al máximo.
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¿En qué momento te enteraste que Regatas había puesto los ojos en vos?
-En 2015, antes del nacional, me habló Pablo Favarel (NdR: en ese momento, asistente de Nicolás Casalánguida) y me comentó que Regatas estaba interesado en mí y que querían que vaya a entrenar algunos días. Durante las fiestas, fui a entrenar y me gustó. Estaba con dudas porque era chico, pero yo sabía que quería dedicarme a esto y tomé fuerzas para emprender viaje e irme a Corrientes.
¿Cómo fueron esos primeros momentos en Corrientes, lejos de tu casa?
-Al principio estaba muy motivado y estaba en el paraíso. A medida que fueron pasando los meses, fui cayendo que no estaba mi familia y ahí es cuando se fue complicando un poco pero fui creciendo y se me hizo costumbre.
¿En algún momento pensaste en volver a Rosario?
-Sí, se me pasó por la cabeza y estuve a punto. Pero mí inconsciente no me dejaba porque sabía que era mí objetivo.
¿Quién te apadrinó en Corrientes?
-Tuve muchos compañeros que me dieron una mano. Con los chicos que vivía me hice muy amigo, eso me facilitó todo porque todos estábamos en la misma posición.
Cuándo llegaste, ¿qué fue lo que tenías que mejorar?
-El físico. Yo era muy flaquito y no tenía mucha fuerza. Nunca había hecho gimnasio y en Regatas empecé a hacer pesas y eso me ayudó mucho.
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¿Cómo viviste tu debut en Liga Nacional?
-Fue muy lindo. Estaba mi papá en la cancha. Fue una sensación rara porque entre sólo 10 segundos a defender y en esa jugada me metieron el doble (risas). Por un lado fue muy bueno porque pude entrar pero no fue el debut soñado aunque me puse muy contento.
¿Qué significa para vos estar al lado de un histórico como Paolo Quinteros?
-Lo aprovecho mucho. Trato de aprender todos los días, de que se sienta cómodo jugando conmigo. Tiene un recorrido muy grande y siempre hay que escucharlo y aprender de él.
¿Cómo fue la vivencia del Mundial U19?
-Cada torneo con la Selección es único. Es algo increíble y más si es un Mundial, donde enfrentas a los mejores del mundo. El grupo que había era muy bueno y se hizo muy llevadero.
¿Qué les faltó para lograr una mejor posición en ese Mundial?
-Nos faltó tener un buen día. Hicimos una muy buena fase de grupos y en el primer cruce no nos salió ninguna jugada. Fue un poco de mala suerte y un poco culpa nuestra, pero son cosas que pasan y sirve para las próximas experiencias.
Cuándo viste tu nombre en la última convocatoria, ¿fue distinto a las convocatorias en las juveniles?
-Es diferente, porque no es fácil insertarte en la Selección mayor. Tener esa oportunidad es importante. Por mala suerte, no la pude aprovechar pero haré lo que sea para tener otra chance. Los primeros días de aislamiento, fueron duros. La pasé mal, pero después fue aflojando. Traté de tener la mente ocupada y no pensar cuánto faltaba para que me den el alta.
¿Quién fue el entrenador que más te marcó en tu carrera?
-No tengo uno. Yo siempre trato de aprender de todos y que todos me dejen algo distinto. Ya sea de lo bueno o de lo malo de cada uno.
¿Tenés algún jugador referente en tu puesto?
-Sí, obviamente Facundo Campazzo que es uno de los jugadores top. Me gusta mucho Luca Vildoza, Nicolás Laprovittola y Luka Doncic. Soy de mirar bastante a los bases y cómo se comportan adentro de la cancha.
¿Es feo jugar sin público?
-Es feo. Uno se va acostumbrando, pero no se disfruta y mil veces prefiero que haya gente en la cancha gritando y alentando. Ojalá pronto se pueda volver a jugar con público.
¿Quiénes fueron los rivales que más te costó enfrentar?
-El que más me costó en estos partidos fue José Vildoza, de San Lorenzo.
¿Cuáles son tus objetivos para lo que viene?
-Mi cabeza hoy está en Regatas, quiero hacer lo mejor posible y que al equipo le vaya bien. Pero en un futuro me gustaría jugar en Europa. Tengo muchas ganas de jugar allá.
¿Es difícil jugar seguido como se dio en este torneo?
-Complicado, porque no te deja entrenar lo suficiente, estás todo el tiempo en competencia. No hay mucho tiempo de recuperación pero es lo que toca hoy y tenemos que estar preparados.
¿Cómo es el rosarino Omar Cantón como compañero?
-La verdad que es un crack. Siempre trata de subirle el ánimo a todos, de dar buenas vibras. Me llevo muy bien con él y siempre le deseo lo mejor.
En un futuro, ¿te gustaría volver a Temperley y darle su primer título en Primera División?
-Obvio, siempre que tenga la oportunidad siempre elegiría volver. Me encantaría. Aunque sea en un receso y poder jugar algunos partidos. Es algo pendiente que tengo y me gustaría hacer.