En las tablas de la ley del ‘Che’ García hay un mandamiento innegociable: cuando la ofensiva se atasca y tiene una noche ineficaz como este sábado en Obras, la defensa tiene que imponer condiciones y controlar el trámite del partido.
Argentina cumplió a la perfección esa máxima en el segundo encuentro del ciclo. La distintiva característica, fue determinante para reducir a Paraguay a su mínima expresión en un contundente triunfo por 82 a 43. Lo que le permitió volver a festejar en una emotiva celebración con su gente en las colmadas tribunas.
Fue otra noche perfecta, coronada con la comunión entre hinchas y jugadores, para un equipo que sumó su segunda victoria y superó la barrera de los veinte puntos de diferencia que García considera fundamental para crecer en el ranking FIBA.
Después del gran triunfo en la jornada inaugural, García rotó algunos valores de su plantel para darle participación al resto de los 17 convocados para la ventana: Baralle; Berra; Vildoza; Cuello y Fernández ingresaron en la planilla.
El trámite comenzó con un guion muy distinto al del viernes. Argentina había mostrado algunas grietas atrás y gozado de un altísimo porcentaje de tres, los papeles se invirtieron en el arranque. La sequía fue absoluta durante el primer cuarto, sin aciertos en nueve intentos de tres y con una anémica producción de 16 puntos.
La imprecisión ofensiva, tuvo su contraste del otro lado con una defensa implacable. Esta se asentó y permitió apenas 11 puntos, una tendencia que se mantuvo durante los cuatro parciales.
Pero en el segundo parcial Argentina se reencontró con el aro a partir del triple inicial que ‘Chuzito’ González encestó. Desde entonces, la formación nacional se destapó y empezó a construir una diferencia que finalmente fue de 39 puntos.
Con la filosofía e identidad del ‘Che’ a flor de piel, ‘El Alma’ permitió apenas 12 unidades en los segundos 10 minutos. El máximo de una noche, en la que Paraguay sólo pudo anotar nueve puntos en el tercero y 11 en el último chico.
Nicolás Romano, coronó un cierre de año espectacular con 18 puntos y siete rebotes en 19 minutos. En una noche en la que Paraguay se enfocó especialmente en complicar a Carlos Delfino y a Agustín Barreiro, las estrellas de la primera noche, Argentina demostró que tiene variantes.
Paraguay nunca pudo afianzarse sobre el parquet porteño. Después de una primera jornada en la que había mostrado su competitividad e incluso había recortado en varias oportunidades la diferencia a menos de 10 puntos.
El elenco ‘Guaraní’, jamás estuvo en partido con una raquítica eficacia de cancha. La asfixiante presión a cancha completa, causó 23 pérdidas en una visita que construyó alguna ilusión a partir del buen rendimiento de Ramón Sánchez.
Aunque Paraguay amagó con reducir a menos de 20 puntos la diferencia y frustrar el plan, Argentina reaccionó inmediatamente. Delfino cerró la noche a pura ovación con dos triples que volvieron a ampliar la distancia y desatar la fiesta.
Posteriormente, los jugadores se unieron en un puño apretado en el centro junto al cuerpo técnico para saltar; cantar y principalmente disfrutar junto a un público que ovacionó nuevamente al emocionado Delfino y que se animó a soñar con una vuelta de la mano del ‘Che’.
Fue un fin de semana perfecto, con un grupo unido que adoptó rápidamente la nueva identidad del cuerpo técnico y que consiguió dos victorias con por más de 20 puntos de diferencia. Finalmente, el ‘Che’ festeja y Argentina celebra.
Síntesis
Argentina (82): Berra 2, Cuello 3, Fernández J. 8, Fernández M. 4, Vildoza 5, Baralle 6, Barreiro 2, Delfino 12, Gallizzi 6, González 5, Mata 11, Romano 18. DT: Néstor García.
Paraguay (43): Ljubetich -, Mercado -, Orchipinti 3, Peralta A. 3, Poisson Storm 3, Dose 2, López 8, Martínez Rojas 4, Peralta G. 2, Riveros 2, Sánchez 16. DT: Juan Pablo Feliu.
Fuente: CAB.