Hace 14 años, a las instancias definitivas del torneo local llegaron El Tala, Echesortu, Atalaya y Sportsmen Unidos. Los cruces del top cuatro eran atractivos. Por un lado, el ‘Rojo’ que asomaba como candidato enfrentaba a ‘Eche’ y por otro, el siempre apasionante, clásico de la Sexta.
En la serie entre El Tala y Echesortu, las cosas arrancaron bien para el equipo de la Sexta, catalogado como el favorito, que se impuso en el primer partido. Pero el conjunto dirigido en ese momento por Gabriel Tomasetti, sacó su mejor versión y dio vuelta la serie, 3 a 1. De esta manera, ‘Eche’ fue catapultado a la final como el nuevo candidato.
Sin embargo, los incidentes en la otra serie impidieron esa disputa. Franco Sbarra, uno de los integrantes del plantel finalista, declaró: «Nos cayó como un balde de agua fría. Nos pareció injusto que no se haya jugado la final y más aún que la Rosarina decida que el torneo quede desierto, en vez de declarar campeón al que había llegado a la final».
La semifinal del conflicto, cruzaba una rivalidad de antaño entre Sportsmen y Atalaya. En esa temporada, ya se habían cruzado diez veces, aunque sin sacarse grandes ventajas. Jonathan Ruíz, jugador del ‘Verde’ en ese entonces, destacó: «Fue una serie muy dura, ellos tenían un muy buen equipo».
La serie arrancó pareja, el ‘Azul’ se impuso como local de la mano de Sebastián Garnero (NdR: hizo 28 puntos y dio 9 asistencias), por 89 a 81. Sportsmen hizo lo propio en su cancha, victoria por 85 a 72 y serie igualada. De esta manera, aseguraban un cuarto partido; que nunca iba a llegar.
El conflicto apareció en el tercer juego, disputado en el Alberto Ornati. Las cosas parecían ser favorables para el dueño de casa, era victoria 86-66 y a esperar por el cuarto encuentro. «Terminó el partido, ellos se fueron y después no sé qué sucedió, dijeron problemas de hinchas, pero en verdad nunca se supo«, confesó el entrenador de Atalaya, Gustavo Mondolo.
El DT continuó: «Había intereses contrapuestos entre la dirigencia del club y la Rosarina. Al año siguiente, salió la sanción de 11 fechas para Atalaya, lo cual hizo que se fuera al descenso«. Dicho castigo, fue impuesto por el Tribunal de Disciplina, que concluyó en la suspensión de afiliación del ‘Azul’ por el término de 180 días y una multa de 15 aranceles de juez de categoría. Este, fue un fallo sin precedentes en el básquet local.
Por suerte y por el bien del deporte, en los años próximos siempre hubo un campeón. Reinó el juego y el espíritu competitivo, por sobre todas las cosas. Pero la final de 2006, será recordada históricamente por no haberse disputado y porque el torneo, finalmente fue declarado desierto y no hubo coronación.